SYDNEY, viernes, 26 abril 2008 (ZENIT.org).- Las tradiciones únicas de los aborígenes australianos estarán presentes en un espectáculo para los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud y para Benedicto XVI cuando lleguen a Sydney este julio.
Los temas, símbolos y exhibiciones indígenas impregnarán los eventos de la Jornada Mundial de la Juventud como un honor y un reconocimiento a los habitantes originales de la tierra australiana, y servirán para presentar su cultura a los jóvenes peregrinos.
Estas han sido las directrices mostradas en una presentación oficial y colorista en las oficinas de Sydney donde se organiza la jornada.
Entre los presentadores del diseño y coordinación del itinerario estaban los miembros directivos del Comité Consultor de Comunidades Indígenas, formado por 17 personas.
El comité, que comprende a representante de todo el territorio, se creó a principios del 2006 con el propósito específico de servir de guía a los elementos indígenas de la Jornada Mundial de la Juventud 2008, y animar a los indígenas aborígenes y del Estrecho de Torres a acudir a Sydney para el evento.
El presidente del comité, Mons. Christopher Saunders, declaró que las directrices fijadas «permitirán a nuestros visitantes experimentar la asombrosa cultura e historia de los indígenas de Australia», y recalcaba el significado de que estos delegados fueran los primeros en recibir a los peregrinos que llegaran a las costas de Sydney.
Mons. Saunders, obispo de Broome, es descrito en la página web de la diócesis como una persona especialmente «interesada en los temas aborígenes e implicada con algunos grupos de estudio aborígenes antes de ser sacerdote».
Desde entonces ha estado muy cerca de muchas comunidades indígenas y ha sido un celoso defensor de los derechos de los aborígenes ante la nación.
Él y su equipo han estado trabajando con estas comunidades por toda Australia para intentar recapitular en un punto cómo la Jornada Mundial de la Juventud puede acoger a la gente de esta tierra y cómo ellos, a su vez, pueden acoger a la gente del resto del mundo.
El comité encontró la respuesta en un tema común compartido por católicos e indígenas – la reconciliación.
Los derechos a la tierra de los aborígenes, el robo de niños y la pobreza han dejado una mancha oscura a lo largo de la historia moderna de esta nación.
Uno de los pasos hacia la reconciliación ha sido la promoción del uso de protocolos adecuados a los indígenas en las escuelas, otros institutos de educación, reuniones formales e informales, encuentros y ceremonias públicas.
Dos ceremonias programadas – tituladas «Bienvenidos al País» y «Reconocer a los Guardianes Tradicionales» – serán elementos clave de este diálogo cultura y también se adecuarán muy bien al papel de la bienvenida cultural y ceremonial que siempre ha sido un componente previo de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Cada ceremonia aborigen de «Bienvenidos al País», en cuanto proceso formal, tendrá un sabor único.
Pero junto a las canciones, danzas y saludos de los ancianos, el secretario ejecutivo de la Comisión Ecuménica Nacional Aborigen y de los Isleños Estrecho de Torres (NATSIEC), Graeme Mundine, subrayaba algunas de las representaciones físicas a través de las obras de los artistas aborígenes.
Para mostrar el apoyo a la maravillosa versión indígena de las Estaciones del Vía crucis, Mundine indicó que «la obra de este artista, Richard Campbell, ha sido reproducida para su comercialización, de forma que todos nuestros huéspedes internacionales puedan llevarse consigo algo de esta gran obra y el sabor de nuestra cultura».
La tía Elsie Heiss, presidenta del Consejo Católico Nacional Aborigen y de los Isleños del Estrecho de Torres, recordaba a los presentes «el Bastón para mensajes indígena que acompaña a la cruz y al icono en su viaje a lo largo de la nación».
«En los 20 años de historia de la cruz (de la Jornada Mundial de la Juventud)», decía Heiss, también coordinadora del Ministerio Católico Aborigen en Sydney, «ésta es la primera vez que va acompañada de un bastón para mensaje indígena».
«Y así ha viajado 80.000 kilómetros (49,709 millas) a lo largo de Australia y ha sido llevada por algunas de las comunidades indígenas más remotas, incluyendo Blatherskite Park, donde Juan Pablo II se dirigió a los indígenas en 1986. Está llamando a todos los aborígenes a vivir la Jornada Mundial de la Juventud en julio en el país de los Gadigal de la nación Eora».
Uno de los jóvenes peregrinos aborígenes que asistirán a la jornada, Craig Ashbury, afirmaba que se siente verdaderamente orgulloso de formar parte de este gran encuentro. «Me siento honrado y encantado de mostrar nuestra cultura al mundo. Realmente será un gran acontecimiento para todos los australianos».
«Damos la bienvenida al Papa Benedicto y, lo más importante, damos la bienvenida a esta gran tierra a la juventud del mundo para celebrar nuestra cultura, nuestra fe, nuestra diversidad y nuestra identidad australiana».
Por Catherine Smibert