PARÍS, viernes 4 de julio de 2008 (ZENIT.org) Una paz “segura y estable” en todo el Oriente Medio, auguró el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, al término de la celebración eucarística anual de “L’Oeuvre d’Orient” en la catedral de Notre Dame de París, según informó hoy L’Osservatore Romano.
“Solo la tan esperada paz podrá asegurar a los cristianos, presentes en esas tierras desde los comienzos de la evangelización, que puedan continuar viviendo como individuos y como comunidades en la profesión de la fe de Jesús”, añadió.
En la celebración participaron el cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de Paris y ordinario para los fieles de rito oriental residentes en Francia y que no tienen ordinario de su propio rito; el arzobispo Fortunato Baldelli, nuncio; monseñor Claude Bressolette, vicario general para los fieles de rito oriental en Francia; y monseñor Philip Brizard, director de “L’Oeuvre d’Orient”.
El purpurado reconoció que existe “la tentación del cansancio, tras haber rezado innumerables veces al Señor por esta intención”, pero exhortó a los presentes a “recordar a la pobre viuda del Evangelio, que recorría confiada al Señor con su oración”, y “tantos otros ejemplos bíblicos de súplicas insistentes acogidas por Dios”.
“Convencer al mundo de hoy que el amor y la vida constituyen el sentido de toda la experiencia humana y la historia universal: ¡éste es el desafío cristiano!”, exclamó.
Esta tarea, añadió, no es fácil “en el contexto cultural actual que muchas veces está fascinado por la nada y el sinsentido”, y en una cultura que se hace “prepotente, incidiendo en la desilusión por el futuro hacia la acogida de la vida y en hacia la educación de las generaciones jóvenes, y oscureciendo la certeza de que toda versas, y que la verdad en sí misma, pueda tener un fundamento eterno”.
El cardenal Sandri puso de manifiesto, en otro momento, “la deuda doctrinal que toda la Iglesia reconoce a los padres, a los doctores, a los teólogos, a los monjes y a los santos hijos de las Iglesias orientales, que han forjado en docilidad al Espíritu Santo las más antiguas tradiciones litúrgicas, espirituales y disciplinares, para gloria de la Santa e indivisa Trinidad”.
“En compañía de Oriente, Occidente debe caminar siempre en la profesión de la fe trinitaria para servir al hombre contemporáneo y hacerle digno de su destino eterno”, añadió.
Para el cardenal, “L’Oeuvre d’Orient”, “sensible al variado mosaico de las tradiciones orientales” ayuda a “sostener la fidelidad de los cristianos de Oriente a su propio patrimonio, privilegiando en sus intervenciones al campo educativo, asistencial y social, pastoral y cultural”, siendo también “oportunamente atenta a la dimensión ecuménica e interreligiosa, trabajando en estrecha colaboración con los venerados patriarcas y pastores, así como con las diversas familias religiosas”.
“L’Oeuvre”, fundada por un grupo de profesores laicos de la Universidad de la Sorbona de París fue reconocida como obra eclesiástica por el Papa Pío IX en 1858. Es una asociación de asistencia y beneficiencia que tiene como objetivo ayudar a las Iglesias y a los cristianos de Oriente.
Por Roberta Sciamplicotti. Traducción de Inmaculada Álvarez