PANAMÁ, lunes, 7 julio 2008 (ZENIT.org).- Al término de su Sesión Plenaria Ordinaria 184, celebrada del 30 de junio al 4 de julio, la Conferencia Episcopal de Panamá hizo público un comunicado el 4 de julio en el que analiza la situación de la Iglesia y del país en un año preelectoral.
En primer lugar los obispos panameños hacen un repaso de la vida de la Iglesia, anunciando su próxima visita ‘ad limina’ del 15 al 20 de septiembre, dan su acogida al nuevo obispo de Bocas del Toro Aníbal Saldaña Santamaría, y comprueban “con alegría el aumento en el número de jóvenes, incluso profesionales, que responden a la llamada del Señor, para consagrarse a su servicio y al de la Iglesia”.
Así mismo dan gracias “por el entusiasmo con que el Documento Conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe, celebrada en Aparecida (Brasil), ha sido acogido”. “Conocer e interiorizar este documento –añaden- es el primer paso para hacer realidad en cada una de nuestras diócesis la Misión Continental a la que la Iglesia nos convoca, como parte integral del ‘Acontecimiento Aparecida’”.
Respecto a la realidad nacional, en un año preelectoral, los obispos afirman que “es necesario asegurar en el país un clima de sosiego que nos permita realizar un torneo electoral justo, sereno y ampliamente participado. Las autoridades no pueden renunciar a su responsabilidad de garantizar la tranquilidad y la paz social y promover el bien común. Tampoco deben posponer la búsqueda de solución a los problemas para confiarla a la próxima administración”.
“Por otra parte –añaden–, ningún gremio, grupo político o social tiene derecho a amenazar con subvertir el orden social si no se cede a sus pretensiones”.
Por eso hacen “un llamamiento urgente a gobernantes y gobernados a actuar con responsabilidad y patriotismo en la búsqueda de solución a los grandes problemas actuales del país en salud, educación, vivienda, transporte, administración de justicia, seguridad y alto costo de la vida”.
Recuerdan a los medios de comunicación “su papel como constructores de la sociedad, trabajando por una mayor cohesión social y unidad de los ciudadanos y apostando por los valores éticos”.
Los prelados afirman que “es inaceptable que gran parte de la población no tenga acceso a los servicios de una salud con equidad y calidad” y aunque reconocen que la solución no es fácil reiteran “que es necesario unir voluntades y fortalecer el diálogo constructivo, para encontrar la solución a estos problemas que afectan principalmente a los más pobres”.
En este sentido recomiendan “un Pacto de Estado por la Salud con participación de todos los sectores sociales, incluidos los usuarios del sistema, teniendo en cuenta lo expuesto en el diálogo de Concertación Nacional, que abordó ampliamente este tema”.
Los obispos también expresan su dolor por “las situaciones de violencia en las que niños, jóvenes y ciudadanos inocentes pierden su vida o quedan afectados física o emocionalmente. El temor con que se vive en muchas áreas es inaceptable. Hoy más que nunca se requiere de una política de seguridad, asumida y consensuada con los diversos sectores de la sociedad, con visión integral y de largo plazo, transparente, responsable, sin sesgo partidista y con apego irrestricto a la dignidad de la persona humana y al Estado de Derecho”.
Constatan que “la familia panameña, al igual que el resto de los habitantes del mundo, se ve afectada con el aumento diario de la canasta básica de alimentos, situación que se agrava ante la ausencia de un aumento salarial. Además de fomentar la producción a costos accesibles, necesitamos promover y asumir una cultura de austeridad y solidaridad”.
Expresan así mismo su firme creencia en que “la educación es el mejor instrumento para alcanzar un verdadero desarrollo y superar las brechas sociales y culturales que aún nos separan a los panameños” y aunque sean importantes las modificaciones curriculares indican que “una verdadera educación debe ser integral y ofrecer, no sólo herramientas para el desarrollo económico, sino también para un desarrollo humano con dignidad, solidaridad y equidad”.
“La niñez, la adolescencia y juventud de nuestro país –añaden- tienen el derecho a recibir una educación de calidad que les proporcione las habilidades para desempeñarse exitosamente en sus vidas personales y profesionales”.
En este sentido, apoyan la iniciativa del “Grupo Ciudadano por la Educación” que les ha participado “su intención y compromiso de unir esfuerzos, desde todos los sectores de la sociedad panameña para garantizar a nuestros niños y adolescentes la educación y el futuro que merecen”.
Toda propuesta de educación, subrayan, “debe tener la familia como referencia central y debe ser respetuosa de los principios y valores más sagrados de nuestro pueblo, que hoy se encuentran amenazados por una tendencia cultural ajena a nuestra tradición e historia y quiere afirmar unos supuestos derechos humanos que distorsionan la realidad de la persona, de la familia y de la vida”.
Los obispos concluyen agradeciendo “a todos los sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y laicos, que nos han acompañado con sus oraciones, aportes y trabajo” y encomendándose a la Virgen María y a San Pablo en su Año Jubilar.
Por Nieves San Martín