CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 25 julio 2008 (ZENIT.org).- Los críticos de la Humanae vitae acusan falsamente a la Iglesia católica de difundir el sida y olvidan el punto central de la encíclica de Pablo VI, el amor entre el hombre y la mujer, explica el portavoz vaticano.
El padre Federico Lombardi, S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha respondido a la publicación este viernes de una "Carta abierta al Papa" aparecida en forma de publicidad pagada en "Il corriere della sera",el periódico de mayor tirada de Italia.
Está firmada por un cartel de asociaciones, "Catholics for choice", que ataca radicalmente el documento papal en el día en el que se cumplen los cuarenta años de su publicación.
"Ante todo --explica el padre Lombardi en una nota--, los signatarios son un cierto número de grupos muy conocidos por sus posiciones de contestación, que no se limitan sólo a la enseñanza moral conyugal, sino que afectan a otros muchos argumentos (por ejemplo, la ordenación de las mujeres) y, por tanto, se encuentran desde hace tiempo en antítesis con el magisterio de la Iglesia".
"Por tanto, no hay nada nuevo --constata--. Además, el número de grupos nombrados no debe impresionar, pues con frecuencia se trata de las diferentes secciones nacionales del mismo grupo, y varios grupos son muy poco significativos"."Además --explica el portavoz--, la acusación más dura, es decir, el hecho de que la posición católica sea la causa de la difusión del sida, y por tanto del dolor y de la muerte, obstaculizando políticas iluminadas de salud pública, carece claramente de fundamento".
"La difusión del sida es totalmente independiente de la confesión religiosa de las poblaciones y de la influencia de las jerarquías eclesiásticas --aclara--. Además, las políticas de respuesta al sida, fundadas principalmente en la difusión de los preservativos han fracasado vistosamente. La respuesta al sida exige intervenciones mucho más profundas y articuladas, en las que la Iglesia está comprometida en muchos frentes".
Ahora bien, según el padre Lombardi, el mayor error de la carta consiste en descuidar el corazón de la Humanae vitae, "es decir, el lazo entre la relación humana y espiritual entre los cónyuges, el ejercicio de la sexualidad como su expresión y su fecundidad".
"En toda la carta, la palabra 'amor' no aparece nunca. Parece como si esto no les interesara para nada a los grupos signatarios. Para ellos, parece que la esperanza de las parejas y del mundo está únicamente en la anticoncepción. Para comprender el significado de la encíclica y su valor 'profético' sería bueno volver a leer el discurso del Papa del 10 de mayo pasado a los participantes en el congreso celebrado en Letrán precisamente sobre el cuadragésimo aniversario de la Humanae vitae" (Cf. La profecía de la «Humanae Vitae», según Benedicto XVI).
"De hecho, es evidente que no se trata de un artículo que exprese una posición teológica o moral, sino de propaganda de pago a favor del uso de los anticonceptivos. Surge la pregunta, ¿quién la ha pagado y por qué?", concluye el sacerdote.