Aumentan las vocaciones en América Latina

Aunque los números en detalle muestran dificultades

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BOGOTÁ, miércoles, 30 julio 2008 (ZENIT.org).- América Latina es semillero de vocaciones, en particular para el clero diocesano, pues en cinco años el número de estos sacedotes ha aumentado en más de un 11 por ciento.

En el quinquenio 2000-2005, Nicaragua y Guatemala presentan los mayores índices de crecimiento en sacerdotes diocesanos en América ; mientras que en Cuba, Bolivia y, sobre todo, Paraguay crecen los sacerdotes religiosos, según un estudio hecho público por el Observatorio Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

El padre Alexis Rodríguez Vargas, del Equipo de Apoyo del Observatorio Pastoral y secretario ejecutivo del Departamento de Vocaciones y Ministerios del CELAM, presenta un análisis sobre el crecimiento y la disminución de vocaciones en los diversos países del continente.

El estudio sobre los 22 países del continente tiene en cuenta el trabajo del padre Francis Bonnici de la Obra Pontificia de Vocaciones Sacerdotales de la Sagrada Congregación para la Educación Católica.

Si bien el crecimiento en el número de presbíteros entre 1974 y 2004 es de un 44.1%, para los 22 países analizados entre 2000 y 2005 es de un 11.93% en sacerdotes diocesanos (de 37.884 a 42.405) y un decrecimiento del 0.996% para sacerdotes religiosos (24.186 a 23.945).

Nicaragua (44.94%) y Guatemala (41.11%) presentan los mayores índices de crecimiento en sacerdotes diocesanos. Por el contrario algunos países decrecieron en este rubro: Puerto Rico (4.01%), Paraguay (0.56%) y Uruguay (0.45%).

En el caso de sacerdotes religiosos, el decrecimiento fue generalizado, por ejemplo en Belice se redujeron en más del 40% y en Guatemala más del 20%. Se dio un crecimiento significativo en Cuba (11.54%), Bolivia (10.44%) y sobre todo en Paraguay (80.14%, dónde se pasó de de 428 a 771 sacerdotes religiosos entre 2000 y 2005).

Estableciendo una relación entre número de ordenaciones sacerdotales y el total de muertes y abandonos para el período en estudio, se da un porcentaje de casi 40%, o sea por cada 10 sacerdotes que se ordenaron entre 2000 y 2005, murieron o dejaron el ministerio casi 4 (9.132 contra 2.426 + 1.080). Los extremos se presentan en dos países vecinos entre sí: Costa Rica ordenó 47 presbíteros y perdió 48 (31 defunciones y 17 abandonos) mientras que Panamá tuvo 36 ordenaciones y sólo perdió 3 (0 defunciones y 3 abandonos).

El número de religiosos laicos creció en República Dominicana 138.46 % y en Costa Rica 110.64%, pero, en todos los países juntos, creció menos del 5% (pasó de 8.623 a 9.044) y tuvo decrecimientos significativos en Nicaragua (casi 60%), Belice (40%) Puerto Rico (arriba del 30%) y Honduras (22.86%).

El número total de religiosas pasó de 126.287 en 2000 a 127.439 en 2005, lo que implica un pequeño crecimiento de 0.91%. Los países en que mayor decrecimiento hubo fueron Uruguay (23.73%) y Panamá (23.50%), por el contrario el mayor crecimiento se dio en Haití (casi70%).

El crecimiento porcentual en el número de seminaristas diocesanos en el período 2000-2005, es de 6.15%, casi la mitad del aumento del número de sacerdotes (11.93%), mientras que el decrecimiento en el número de seminaristas religiosos (1.82%, de 10.216 a 10.030), casi dobla el porcentaje de disminuciones de ordenaciones de religiosos 0.996%).

En algunos países (Argentina, Ecuador y México) decrecieron tanto el número de seminaristas religiosos como diocesanos. En otros (Brasil, Honduras, Perú, Puerto Rico y Venezuela) aumentaron ambos.

El decrecimiento más significativo en seminaristas diocesanos se dio en Panamá que perdió 32.20% de seminaristas, en el caso de religiosos fue en Cuba, que disminuyó más del 50%. Por el contrario, el crecimiento mayor se da en Paraguay (53.74% más de seminaristas diocesanos) y en Panamá (88.23% más de religiosos).

En los 22 países abandonaron el ministerio 1.080 sacerdotes entre 2000 y 2006, sólo en Belice y en Puerto Rico no se dieron abandonos.

En todos los países se presentan datos tanto positivos como negativos. No hay un solo país en que todos los datos reflejen exclusivamente crecimiento o decrecimiento. Pero por ejemplo Cuba mejora en todas sus estadísticas salvo en seminaristas religiosos y Argentina decrece en todos sus números excepto en total de sacerdotes diocesanos.

Brasil, México y Colombia son los países que mayor cantidad de ordenaciones tuvieron, pero en el caso de México en 2005 tenían casi 200 seminaristas diocesanos menos que en 2000 (5.064 contra 5.246) y más de 200 seminaristas menos que en 2000 (5.064 contra 5.246) y más de 200 seminaristas religiosos menos (1.580 contra 1.813).

«Los datos que compartimos –afirman los autores–, significan muy poco en sí mismos. En cada caso se tendrá que ver qué factores sociales, políticos, económicos, culturales y religiosos se relacionan con las estadísticas vocacionales. Otros aspectos que inciden tienen que ver con la vivencia de la Iglesia local, así por ejemplo, el hecho de que una congregación religiosa trasladara sus centros de formación de un país a otro aumenta o disminuye el número de seminaristas en cada uno. No basta el análisis cuantitativo, los números de sacerdotes ordenados no indican cómo ha sido su formación, tampoco señalan si están distribuidos equitativamente en un país».

El presente informe, añaden, «no ofrece conclusiones de la situación vocacional de los distintos países, tampoco busca explicar las tendencias a las que responde el aumento o la disminución en los números presentados. La explicación responde a situaciones multicausales que varían de nación en nación. Buscar relaciones simplistas causa-efecto ocultaría la compleja trama social que se entreteje en las cifras presentadas. Por tanto las interpretaciones válidas serán las que hagan en su contexto concreto los diversos agentes de pastoral».

Finalmente invitan a que "al mirar cada dato recuerden como éste corresponde a personas únicas e irrepetibles, con alegrías y dolores, discípulos y misioneros que tratan de servir a Cristo en realidades concretas y diferentes».

Para acceder al informe completo: http://www.celam.org/observa/docs/VOCACIONES.pdf

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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