JERUSALÉN, martes, 3 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- Los motivos de tensión en las relaciones entre la comunidad judía y la Santa Sede son muchos, y el padre David Neuhaus S. I., declara que es tiempo de "paciencia, sabiduría y oración".
El padre Neuhaus, secretario general del Vicariato Católico en Israel, conocida también como la Asociación de Santiago, dijo a Zenit que estaba "siguiendo con gran tristeza y ansiedad el deterioro de las relaciones entre la Santa Sede y el Rabinato de Israel".
Las relaciones entre ambas instituciones llegaron a un punto de ruptura la semana pasada, tras el anuncio vaticano del 24 de enero sobre el levantamiento de la excomunión al obispo negacionista del holocausto Richard Williamson de la Sociedad de San Pío X.
El obispo afirmó, en una entrevista grabada en noviembre por una televisión sueca, que la evidencia histórica niega que se gaseara a judíos en los campos de concentración nazis. También dijo que durante la Segunda Guerra Mundial sólo se asesinó a 300.000 judíos.
El obispo Williamson fue uno de los cuatro prelados de la Sociedad de San Pío X que fueron ilícitamente consagrados obispos por el arzobispo Marcel Lefebvre en 1988. La excomunión fue también levantada a otros tres obispos lefebvristas, como gesto del Papa para abrir un proceso de reconciliación.
El padre Neuhaus comenta con agrado la declaración del miércoles pasado de Benedicto XVI en la que reiteró la postura de la Iglesia sobre el Holocausto, expresando solidaridad con los judíos y condenando con firmeza el uso de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial que, como dijo, "llevaron a cabo la brutal masacre de millones de judíos, víctimas inocentes de un ciego odio racial y religioso".
El jesuita explica que la "Shoá y su memoria es uno de los puntos más centrales de la conciencia judía. Junto con un sentido de solidaridad con el estado de Israel, la Shoá define quiénes son muchos de los judíos del mundo, cómo se definen a sí mismos".
"Estos dos elementos, como marca de identidad, pueden ser incluso más importantes para muchos judíos que temas relacionados con elementos religiosos o espirituales de la religión judía. Ambos tocan la cuestión de la supervivencia judía, en un mundo percibido muy a menudo como hostil".
El padre Neuhaus considera que la decisión de levantar la excomunión a los obispos lefebvristas "fue percibida en Israel casi únicamente a través del prisma de la persona del obispo Williamson".
A pesar de que órganos de información afirmaron que el Rabinato de Israel cortó indefinidamente las relaciones con el Vaticano, establecidas en el año 2000, cuando Juan Pablo II visitó Israel, las palabras del Papa fueron recibidas favorablemente, tanto por Oded Wiener, director general del Rabinato de Israel, como por el embajador israelí ante la Santa Sede, Mordechay Lewy.
Weiner, denominó la declaración como "un gran paso adelante" y Lewy dijo que estaba "muy feliz por una declaración de tan alto nivel por parte de la Santa Sede, que clarifica y ayuda a superar estos malentendidos".
Los estados del Vaticano e Israel mantienen relaciones diplomáticas desde 1993, y la actual situación no afecta a las relaciones de Estado.
El padre Neuhaus indicó también otros hechos que han llevado a la actuales tensiones, como "los gestos del Santo Padre hacia los tradicionalistas permitiéndoles el uso de formas litúrgicas que los judíos han visto como promotoras de 'la enseñanza del desprecio' hacia los judíos y el Judaísmo, que la Iglesia ha repudiado".
Los líderes judíos protestan por el uso de la oración del Viernes Santo por los judíos en el "rito extraordinario". La misma dice: "Oremos por los judíos. Que Dios nuestro Señor ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo, Salvador de todos los hombres".
Esta versión de la oración es de febrero último, tras el documento de julio de 2007 "Summorum Pontificum", que permitía un uso ampliado del Misal de 1962. La oración del Viernes Santo por los judíos, usada en el rito ordinario, es decir, para casi todos los católicos, no ha cambiado.
El padre Neuhaus dijo también que "las odiosas declaraciones" del obispo Williamson coincidía con críticas a Israel por la ofensiva en Gaza: "Algunos críticos de Israel, incluyendo a algunos católicos, han hecho comparaciones entre Gaza y la persecución nazi de los judíos, que los judíos encuentran no sólo inaceptables, sino especialmente ofensivas".
Además, el jesuita menciona la preocupación de Israel de que el Santo Padre pudiera no viajar a ese país en mayo, tal como estaba planeado, debido a la ofensiva en Gaza, o que sólo viaje con la condición de firmar los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado de Israel.
"Las fuentes de tensión son muchas --añade el padre Neuhaus--, el espacio de mal entendimiento es mayor que el habitual. Pero hay que indicar que la Santa Sede tiene algunos aliados muy importantes en la comunidad judía que están tratando de servir como mediadores en esta crisis".
El jesuita subrayó que el rabino David Rosen, director de Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Estadounidense, "uno de los rabinos ortodoxos más empeñado en el diálogo entre católicos y judíos, ha pedido paciencia. Ha explicado al público israelí que está seguro de que el Papa Benedicto está tan empeñado en la reconciliación con el pueblo judío como su predecesor Juan Pablo II".
"La esperanza de [Rosen] era que el Santo Padre aclarara que el punto de vista de Williamson es completamente incompatible con la enseñanza de la Iglesia católica", dijo el padre Neuhaus.
"Este es un momento en el que necesitamos paciencia, sabiduría y oración --añade--. El interés del Santo Padre por la unidad es percibido como motivo de tensión con los intereses del pueblo judío, pues serán admitidas personas que nunca aceptaron el progreso hecho en los últimos cincuenta años".
"Esperemos y oremos que llegue el momento en que el pueblo judío y la Iglesia católica puedan dialogar sobre sus diferencias, en un clima de amistad profunda y confianza, y no bajo la amenaza de cortar las relaciones --concluye el jesuita--. Seguimos orando para que esta crisis también se supere".
Por Karna Swanson, traducido del inglés por Nieves San Martín