LONDRES, martes, 10 febrero 2009 (ZENIT.org).- El desastre de los partidos religiosos de línea dura, en las elecciones locales de Irak, podría hacer que los cristianos exiliados empezaran a retornar a casa, según el obispo Abouna, auxiliar de Bagdad, quien dijo que los resultados podrían ayudar al país a «encarrilarse».
Para la menguada comunidad cristiana de Irak –ahora por debajo de 300.000 personas– los comicios del 31 de enero, en diez de las catorce provincias, podrían ser vistos como un viraje a favor de su supervivencia. Hace unos veinte años contaba con una población de 1,4 millones.
Los resultados preliminares de la semana pasada mostraron extraordinarios resultados para el partido del primer ministro Nouri al-Maliki, noticia que, según el obispo Andreas Abouna «deleitó» a los cristianos obligados a emigrar por el sectarismo y la violencia de la etapa post-Saddam.
Hablando este lunes desde Bagdad, en una entrevista concedida a la organización católica «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN), el obispo Abouna dijo: «Es un resultado muy bueno, especialmente en esta etapa de desarrollo del país. Ayudará a Irak a encarrilarse».
Haciendo hincapié en la mayoritaria conducción pacífica de las elecciones y su repercusión, dijo: «Esto hará que [los cristianos] cambien de opinión y puedan animarse a empezar a regresar».
El obispo Abouna, auxiliar de Bagdad para los caldeos, subrayó que los gobiernos laicos tienen probabilidad de hacer más que los partidos religiosos por mantener los derechos de las minorías, un punto de vista ampliamente compartido por los cristianos.
Añadió: «Estoy seguro de que, cuando se extienda la noticia, gustará a los cristianos, especialmente porque un gobierno más laico favorecerá a los grupos religiosos minoritarios».
Con el 90% de los votos escrutados este jueves 5 de febrero, los partidos religiosos islamistas sufrieron fuertes pérdidas, mientras que se registró una victoria para el partido islámico Dawa de Maliki en Bagdad y Basora, en el sudeste.
Los resultados son un duro golpe para el mayor partido chií, el Consejo Supremo Islámico de Irak y, aunque Maliki y su bloque político «el Estado de la Ley», tienen fuertes apoyos religiosos, han llevado a cabo un programa no sectario.
El obispo Abouna subrayó el fracaso en la seguridad de Irak, durante los años en que el Gobierno y la política estaban dominados por los extremistas sunníes y chiíes, incluyendo al incendiario clérigo Muqtada al-Sadr.
El obispo dijo: «todo el mundo está de acuerdo en que, durante los últimos cinco años, cuando los partidos religiosos eran fuertes, no sucedió nada».
Y añadió: «Los iraquíes se han dado cuenta de que el mejor modo de ayudar al país es mantener separadas la religión y la política».
Como otros eclesiásticos, el obispo Abouna se opuso con contundencia al surgimiento de un sistema religioso teocrático en Irak.
En 2005, tanto el obispo Abouna como el arzobispo Louis Sako de Kirkuk pidieron al cardenal Cormac Murphy-O’Connor de Westminster que influyera cerca del Gobierno británico, argumentando que el borrador de constitución de Irak miraba a instaurar la ley islámica «sharia» «por la puerta de atrás». Su llamamiento a un cambio en la redacción de la carta magna fracasó.
Los resultados oficiales de las elecciones provinciales del 31 de enero no estarán listos hasta finales de mes, debido a las complejas reglas electorales sobre la adjudicación de los escaños.
Para más información en inglés: www.acnuk.org
Traducido del inglés por Nieves San Martín