LIMA, jueves, 12 febrero 2009 (ZENIT.org).- En esta crisis económica todavía no se sabe quién es el pecador, de modo que no se ha pronunciado ningún acto de contrición ni propósito de enmienda, considera un analista económico. Eso sí, la penitencia, una vez más, la cumplen los pobres…
«Si un católico que cree y practica el sacramento de la confesión, quiere interpretar la actual crisis internacional a partir de los parámetros de ese sacramento, se enfrenta a una situación difícil de comprender», reconoce el profesor Luis Enrique Marius, director general del Centro Latinoamericano para el Desarrollo (CELADIC)
«En primer lugar porque no aparece el pecador, nadie ha dicho o indicado quién es responsable y en consecuencia no hay un acto de contrición», explica el experto en declaraciones a ZENIT.
«Tampoco hay un propósito de enmienda –sigue diciendo–, ya que tampoco se ha escuchado a alguien afirmar que no cometerá más esos errores».
«Lo que sí es más que evidente es la penitencia, pero no la pagan quienes han sido los responsables, sino las grandes mayorías de pobres y excluídos», comenta días después de haber pronunciado una conferencia magistral en la Universidad Jaime Bausate & Meza, en la Ciudad de Lima, el pasado 6 de febrero.
«Me preocupa –agrega el profesor Marius– que nuestros irresponsables gobernantes afirmen que nuestras economías están preparadas para resolver la crisis, cuando todos sabemos que no se trata de una crisis financiera y tampoco económica, sino el fracaso de un modelo de desarrollo que se construyó sobre el valor del lucro y la acumulación, donde la mano invisible del mercado iba a regular toda la economía, y donde el Estado no debía intervenir».
«Ahora –dijo– hay que pensar e impulsar un modelo alternativo de desarrollo, donde la centralidad sea la persona humana, el objetivo sea avanzar hacia la justicia social con una economía al servicio de nuestros pueblos y no a la inversa. Y para esto, los conductores sin conducta no tienen propuesta alguna».
El CELADIC lanzará a inicios del próximo mes de abril la propuesta de «Un Modelo Alternativo de Desarrollo Humano Integral-Aporte para el cambio», que será presentada a los gobiernos y diferentes sectores (políticos, empresariales, sociales, académicos y culturales), para su discusión y promoción.