JERUSALÉN, domingo, 15 de febrero de 2009 (ZENIT.org).-Desde el pasado lunes, 9 de febrero, 520 familias de Gaza en situación especialmente vulnerable debido a la falta de suministros provocada por el reciente conflicto bélico están recibiendo de manos de voluntarios y trabajadores locales de Cáritas Jerusalén lotes unifamiliares de alimentos.
Estos paquetes contienen aceite, harina, arroz, azúcar, te, salsa de tomate, conservas de carne y pescado, queso, pasta, lentejas, alubias, guisantes y sémola.
Muchas de las familias atendidas llevaban semanas sin poder adquirir alimentos. "Esta comida supone un verdadero alivio. No puedo ocultar mi alegría al ver esta harina y el azúcar, ni la excitación ante la idea de poder comer este queso tan bueno", ha confesado una de las amas de casa tras recibir el lote de Cáritas.
Un proceso lleno de obstáculos
El plan de distribución está siendo mucho más lento de lo que se había estimado inicialmente debido, sobre todo, a los múltiples obstáculos y requisitos que estás imponiendo las autoridades israelíes.
Para poder transportar esta ayuda hasta Gaza, Cáritas Jerusalén ha tenido que seguir, según señalan sus responsables "un proceso largo y tedioso" de carácter administrativo sobre la naturaleza, volumen y destino de la carga.
Y es que, después de haber conseguido la autorización, los bultos tuvieron que ser enviados, primero, a los almacenes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) en Ramala y, una vez allí, a los almacenes de esa agencia en Jerusalén, desde donde pudieron ser transportados en camiones hasta Gaza, donde la carga pasó finalmente a manos del coordinador de Cáritas en la zona, Jouma Khadoura.
"Se emplea tanto tiempo en coordinar el envío de los paquetes de alimentos a Gaza, que lo único que se consigue es que mucha gente que está hambrienta tenga todavía más hambre", ha señalado Jameel Khoury, director de proyectos de Cáritas Jerusalén.