Consejo vaticano analiza en Egipto oportunidades del diálogo interreligioso

Inciativa del dicasterio para la Cultura entre países mediterráneos

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EL CAIRO, martes 17 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- Las posibilidades y oportunidades del diálogo interreligioso, especialmente en los países ribereños del Mediterráneo, es el tema clave del congreso que se celebra estos días en el Hogar Saint-Etienne de El Cairo, promovido por el Consejo Pontificio de la Cultura.

Este congreso, el primero de estas características promovido por el dicasterio vaticano, reúne hasta este miércoles no sólo a personalidades del mundo de la cultura pertenecientes a los distintos ritos de la Iglesia católica presentes en el país, sino también de la Iglesia copta y del Islam, según informa L’Osservatore Romano en su edición de este miércoles.

En su intervención para presentar el congreso, el padre Bernard Ardura, secretario de este dicasterio vaticano, subrayó que el Mediterráneo ha sido durante los siglos y sigue siendo en la actualidad puente entre culturas y religiones.

«Estamos convencidos de que el diálogo es la mejor manera de acercarse al otro, el extranjero, de no tener miedo de él, de encontrarlo, de comprenderlo, de acogerlo, de escucharlo, de darle testimonio de nuestra fe respetando sus convicciones», explicó.

Al cristiano «se le presenta una cuestión fundamental: ¿con quién se debe dialogar? El Papa Pablo VI respondió en la encíclica Ecclesiam suam: La Iglesia debe estar dispuesta a mantener el diálogo con todos los hombres de buena voluntad, dentro o fuera de su recinto».

Para Ardura, el diálogo intercultural «interpela a todos los hombres de buena voluntad, sea cual sea su nacionalidad, cultura y religión, para construir una auténtica cultura de la paz», a través de «la educación de la conciencia, a través de la cultura».

Este diálogo, añadió, «lleva a asumir profundamente el sentido del hombre y de la fraternidad humana, en el respeto de la sacralidad de la vida, el reconocimiento de la solidaridad de todos los hombres con el mundo creado, con los demás hombres y con Dios».

Para concluir, el secretario del Consejo Pontificio para la Cultura reflexionó sobre la importancia del intercambio cultural para favorecer este diálogo.

«El diálogo pasa esencialmente por las matrices de la cultura y de la educación, es decir, por la escuela, la universidad,. Los centros culturales, la ciencia, las obras culturales, los ritos y las costumbres. Somos testigos de la importancia de las instituciones educativas y formativas para tomar conciencia del diálogo cultural desde las edades más tempranas».

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ZENIT Staff

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