MADRID, jueves, 19 febrero 2009 (ZENIT.org).- Los obispos españoles, reunidos en asamblea ordinaria, expresaron este jueves su "más profundo dolor y solidaridad con las familias" de los 25 inmigrantes indocumentados africanos llegados en cayuco a las costas de la isla canaria de Lanzarote. La mayoría de estos inmigrantes eran niños a partir de los trece años.
Los equipos de seguridad y emergencias rescataron este martes tres nuevos cadáveres de las aguas que rodean la isla española, en el Atlántico, lo que eleva a 25 el número de inmigrantes muertos en el naufragio producido el domingo.
La recuperación de los tres fallecidos, de edades comprendidas entre los 13 y 14 años, se produjo tras reanudarse hoy la búsqueda de los desaparecidos al volcar una patera ocupada por 32 personas, de las que sólo seis lograron sobrevivir y una se da, de momento, por desaparecida, según fuentes de Cruz Roja.
Con los cuerpos localizados el martes, el número de menores fallecidos en el naufragio asciende a dieciocho.
Ante la noticia del naufragio, el pasado 15 de febrero, a unos 20 metros de la costa de Lanzarote, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española expresó su más profundo dolor y solidaridad con las familias.
Los obispos reiteraron su deseo de que "se preste un apoyo más eficaz al desarrollo en los países de origen para que se eviten estas salidas desesperadas, y de que, en los países de destino, se respeten siempre los derechos, que todo inmigrante posee, basados en la dignidad de la persona humana".