MADRID, viernes 20 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- La Comisión de Justicia y Paz e Integridad de la Creación de la Unión de Superiores Generales (USG) y de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) hizo un llamamiento a todos los religiosos y religiosas para que apoyen la celebración del Día Mundial de la Justicia Social, que se celebrará cada 20 de febrero, según la declaración de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) del pasado 19 de noviembre de 2007.
En su mensaje -informa la agencia Ivicom–, la Comisión de las dos Uniones de Superiores y Superioras Generales califica la celebración de esta jornada de «día importante para quienes formamos parte de esta aldea global, pero se torna especialmente significativo para todos nosotros que estamos llamados a hacer posible la justicia y la paz a la que nos invita la Buena Nueva de Jesús de Nazaret».
«Este día también nos urge al apoyo decidido a la causa de la justicia y la paz y a exigirles a nuestros gobiernos que asuman la responsabilidad de sus acciones con respecto a estos temas de orden mundial» afirma decididamente la Comisión en el mensaje difundido en varias lenguas a todos los consagrados y consagradas del mundo».
«Queremos recordar que los gobiernos se comprometieron a crear un marco de acción para la promoción de la justicia social a nivel nacional, regional e internacional. También prometieron promover la distribución equitativa de los ingresos y mayor acceso en igualdad y equidad de los recursos y oportunidades para todos/as. ¿Qué ha hecho el gobierno de tu país para llevar adelante este compromiso? ¿Se celebra este día a nivel nacional?».
Junto a esta exigencia, ambas Uniones de Superiores Generales invitan a los consagrados a difundir esta Jornada Mundial de la Justicia Social en las parroquias, escuelas, colegios, universidades y otras ámbitos en los que desarrolla la misión propia cada Congregación religiosa, así como compartir una oración especial en este día.
La aprobación, por unanimidad, de los 192 Estados miembros de la ONU de esta jornada supone el reconocimiento de «la necesidad de consolidar los esfuerzos de la comunidad internacional para la erradicación de la pobreza, la promoción de empleo pleno y trabajo digno, paridad de oportunidades y el acceso al bienestar y a la justicia para todos/as», señala el mensaje citando a la propia ONU.