TOLEDO, martes, 24 febrero 2009 (ZENIT.org).- El cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y administrador apostólico de Toledo, anunció este domingo la canonización en el próximo otoño del cardenal Ciriaco María Sancha y Hervás (1833-1909), quien fue arzobispo de esta diócesis primada.
El purpurado hizo el anuncio este domingo al presidir la eucaristía de apertura del centenario del cardenal Sancha, precisando que la beatificación tendrá lugar en Toledo.
En su homilía, propuso al cardenal Sancha como modelo impulsor de la doctrina social.
En la celebración participaban, entre otras, religiosas Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha, que el purpurado fundó en 1869 para el cuidado de huérfanos inválidos y desamparados.
«Fue un pastor providencial –afirmó Cañizares– que supo conducir a sus diócesis y a la Iglesia en España en la difícil encrucijada entre los siglos XIX y XX. Un pastor modélico, primado al servicio de la unidad eclesial y padre del movimiento católico contemporáneo».
«En los tiempos que vivimos, desde su arraigamiento profundísimo e inquebrantable en Dios –fue un hombre de Dios– es muy significativo su testimonio de caridad y su promoción de la dimensión caritativa y social del Evangelio entre los fieles».
Por eso recordó que «su apuesta por la creación de sindicatos católicos, círculos católicos de obreros, su promoción de los Congresos nacionales de católicos para difundir y arraigar lo que hoy llamamos doctrina social de la Iglesia en la sociedad, instituciones asistenciales y la educación de los más desfavorecidos hacen de él pastor modelo y ejemplo para nuestro tiempo».
El señor cardenal ha querido constatar que «todo eso brotaba en él del encuentro con Dios y de la adoración, singularmente de la Eucaristía».
Fue el promotor del primer Congreso Eucarístico Nacional, en Valencia, y la adoración perpetua, la adoración de las cuarentas horas, la adoración al Santísimo.
«Dios ha querido que el próximo año, un año después de su beatificación y como eco de su persona y de su beatificación, se celebre aquí en Toledo un nuevo Congreso Eucarístico Nacional para la adoración del Señor».
El cardenal presentó a su predecesor como motivo de inspiración, «si queremos que haya un catolicismo social en estos momento necesitados del Evangelio de la caridad y de la defensa y dignidad del hombre, de la vida y de la grandeza humana en todas sus fases, si queremos un catolicismo evangelizador y misionero, si queremos que hayan comunidades cristianas vivas, testigos del Evangelio de la caridad».
El cardenal Ciriaco María Sancha y Hervás, tras ser ordenado sacerdote y estudiar en la Universidad de Salamanca, en 1862, se trasladó a Cuba, como secretario del arzobispo Primo Calvo y Lope, arzobispo de Santiago en esa isla.
Recibió el apodo de «padre de los pobres» por su servicio a ancianos y niños abandonados.
En 1876 fue nombrado obispo auxiliar de Toledo (en el tiempo en el que los obispos residían en Madrid). En 1882 fue nombrado obispo residencial de Ávila y en 1886 elegido para la sede episcopal de Madrid-Alcalá. Siendo obispo de esta diócesis, en 1888 convoca al primer Congreso Católico Nacional.
León XIII le nombró arzobispo de Valencia el 10 de octubre de 1892. El 18 de julio de 1894 el mismo Papa lo designó cardenal y, en 1898, le nombró arzobispo primado de Toledo y patriarca de las Indias.