CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 25 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI exhorta a los brasileños a vivir la Cuaresma que ahora comienza como un «periodo de conversión y de reconciliación de todos los cristianos, para que las nobles aspiraciones del corazón humano puedan ser satisfechas y prevalezca entre los pueblos y las comunidades una paz auténtica».
Así lo afirma en el mensaje enviado a monseñor Geraldo Lyrio Rocha, presidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) y arzobispo de Mariana (Mato Grosso), con ocasión del inicio, este Miércoles de Ceniza, de la Campaña de Fraternidad que cada año se organiza en este país.
La edición de este año, la 45ª, está dedicada al tema «Fraternidad y la seguridad pública», y está acompañada por el lema «La paz es fruto de la justicia».
En él, el Pontífice recuerda que la Cuaresma «nos invita a luchar sin ahorrar esfuerzos para hacer el bien, precisamente porque sabemos qué difícil que los hombres decidamos seriamente a practicar la justicia – y aún falta mucho para que la convivencia se inspire en la paz y el amor, y no en el odio o en la indiferencia».
También subraya que en el documento final de la Conferencia General del CELAM en Aparecida (mayo de 2007), tratando del Reino de Dios y de la promoción de la dignidad humana, explicaba que «los signos evidentes de la presencia del Reino al vivir de forma personal y comunitaria las Bienaventuranzas, en la evangelización de los pobres, en el conocimiento y en la realización de la voluntad del Padre, en el martirio a causa de la fe, en el acceso de todos a los bienes de la creación, en el perdón recíproco , sincero y fraterno, aceptando y respetando la riqueza de la pluralidad, en la lucha para no sucumbir a la tentación de no ser esclavos del mal».
«No ignoramos, además, que aún consiguiendo una razonable distribución de los bienes y una armoniosa organización de la sociedad, nunca desaparecerá el dolor de la enfermedad, de la incomprensión y de la soledad, de la muerte de los seres queridos, de la experiencia de nuestros propios límites», añade el Papa.
El Señor, añade, «abomina las injusticias y condena a quienes las cometen», pero «respeta la libertad de cada uno, y por esto permite que existan, porque forman parte de la condición humana tras el pecado original».
«Su corazón lleno de amor por los hombres lo llevó a cargar, junto con la cruz, todos estos tormentos: nuestro sufrimiento, nuestra tristeza, nuestra hambre de sed y justicia».
El Papa concluye su mensaje pidiendo a todos «saber dar testimonio de los sentimientos de paz y reconciliación que inspiraron a Jesús en el Sermón de la Montaña».
Campaña contra la violencia
El secretario general de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), monseñor Dimas Lara Barbosa, explicó en una entrevista reciente a la Oficina de prensa episcopal que el principal objetivo de esta Campaña es «mostrar la preocupación de la Iglesia por el problema de la violencia y de la inseguridad».
Se pretende, añadió, «suscitar un debate sobre la cuestión de la seguridad pública, conocer las causas de la violencia y de la cultura del miedo que reina en muchos lugares».
Los conflictos, afirma el prelado, «pueden nacer en todos ámbitos, también dentro de la propia casa», pero «la cuestión fundamental es resolverlos, si a través del diálogo o con la fuerza, la violencia».
La Campaña, recuerda el secretario, se une a la Colecta de la Solidaridad, que se realizará el Domingo de Ramos, y con ella se constituye el Fondo Nacional de Solidaridad, que financia varios proyectos a lo largo del año.
