Los obispos portugueses llaman a los cristianos a la “solidaridad” ante la crisis

En sus mensajes con motivo de la Cuaresma

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LISBOA, miércoles 25 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- La crisis económica es el tema predominante en los mensajes cuaresmales de los obispos portugueses, que han aprovechado el comienzo de la Cuaresma para insistir en la importancia de la solidaridad de los cristianos con los más afectados por la recesión.

Según informa la agencia portuguesa Ecclesia, la mayor parte de las cartas episcopales animan a los fieles a aprovechar este tiempo de oración y limosna para ayudar a las familias más necesitadas, así como a aumentar las aportaciones al Tercer Mundo.

Las diócesis se han fijado como objetivo ayudar a iniciativas concretas, a las que irán destinadas las limosnas de los fieles. Así, la archidiócesis de Lisboa ha constituido un fondo de ayuda intereclesial para ayudar a las Iglesias pobres del mundo, así como a los niños en riesgo social a través de la Casa do Gaiato de San Antonio de Tojal.

El cardenal José Policarpo, patriarca de Lisboa, quiso recordar a los fieles que «se ayuna para amar» y que el ayuno «ayuda a tomar conciencia de la situación de tantos hermanos nuestros».

Por su parte, el obispo de Santarem, monseñor Manuel Pelino, llama la atención de los fieles sobre el «aumento del número de necesitados» en el país, y pide que las limosnas se destinen a las Cáritas parroquiales «para poder dar respuesta a los problemas sociales causados por la crisis», especialmente al endeudamiento de las familias.

También monseñor Jorge Ortiga, arzobispo de Braga ha dispuesto un aumento de fondos de las Cáritas, advirtiendo que la actual situación «exige una respuesta por parte de los cristianos». Monseñor Manuel Quintas, obispo del Algarve, indica también que los cristianos «no pueden hacerse los sordos ante el clamor de los pobres o cerrar el corazón ante el sufrimiento de los otros».

Los obispos insisten también en no olvidar a los países de habla portuguesa del Tercer Mundo, especialmente Angola, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe, con quienes desde hace años las diócesis lusas mantienen lazos de cooperación.

Cambio de vida

Junto con la llamada a la solidaridad, los obispos insisten en la ocasión propicia de esta crisis para «una revisión del propio estilo de vida». Para monseñor Pelino, es necesario un cambio en este mundo «cerrado en el individualismo, apegado a los preconceptos, volcado en la ostentación y en la vanidad exterior, pero vacío de valores espirituales», e invita a «poner en práctica un estilo de vida más simple y austero, menos consumista y menos egoísta».

«Es realmente un mundo viejo, sin confianza en el futuro, en el que cada uno vive para sí mismo, donde crece el número de ancianos y disminuye el de los niños», añade. «Un mundo así no tiene encanto ni futuro».

Monseñor Januário Torgal Ferreira, obispo de las Fuerzas Armadas llama por su parte a la «coherencia y a la moderación», mientras que monseñor António de Sousa Braga, obispo de Angra, cree que ha llegado el momento de «un salto de calidad en la civilización humana».

Para monseñor De Sousa ayunar «no significa solo abstenerse de alimentos. El ayuno constituye una llamada a una sobriedad de vida, a contener el consumo, en vista de una mayor generosidad y ayuda mutua, tan necesarias en el mundo en que vivimos».

[Por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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