ROMA, martes 10 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- La red Cáritas ha puesto en marcha la campaña global “HAART for Children: Greater Access to Pediatric HIV and TB testing and treatment”, en la que pide a los Gobiernos y a las compañías farmacéuticas de los países ricos que favorezcan el desarrollo de terapias para el HIV/Sida y la tuberculosis, especialmente dirigidas a los niños.

HAART (Highly Active Anti-Retroviral Therapy, es decir, Terapia Antirretroviral Altamente Activa), es el nombre con el que se conoce un tipo de terapia capaz de contener la proliferación y el desarrollo del virus del Sida.

Si la campaña tuviera éxito, afirma Cáritas, se podría salvar a cerca de 800 niños al día.

Los niños afectados en los países del Tercer Mundo no tienen acceso a este tipo de medicamentos, que les permitirían vivir más tiempo y en mejores condiciones. La mayor parte de ellos ni siquiera habría contraído la enfermedad si la madre hubiese podido acceder a las terapias.

Estas terapias aumentarían la prevención de la transmisión materno-filial y eliminarían las barreras que excluyen a mujeres y niños de los diagnósticos y la atención médica. Por ello, Cáritas exhorta a los jóvenes de todo el mundo a escribir a los Gobiernos y a las compañías farmacéuticas a través de su página web (www.caritas.org).

La delegada de Caritas Internationalis ante Naciones Unidas en Ginebra, Francesca Merico, afirma que “sin terapias adecuadas, una tercera parte de los niños nacidos con Sida morirá antes de cumplir el primer año, y la mitad antes de cumplir los dos años”.

“Las terapias antirretrovirales pediátricas para el Sida y la co-infección Sida/tuberculosis en niños no es rentable dado que el mercado para ellas se encuentra sobre todo en países pobres. ¿Cómo podemos permitir que se de prioridad al beneficio antes que a las personas? Queremos que los líderes políticos digan a los niños de todo el mundo que han promovido y respetado su derecho a la salud”.

La campaña se ha puesto en marcha este año, de cara a la próxima celebración, el próximo 20 de noviembre, el vigésimo aniversario de la Declaración de los Derechos del Niño, que entre otros, reconoce el derecho de éstos a acceder a los cuidados médicos y la rehabilitación.

“Debemos continuar ejerciendo presiones para que todas las mujeres afectadas por el Sida puedan recibir tratamiento y se evite la transmisión del virus a sus hijos, para que todos los niños puedan ser diagnosticados a tiempo y para que los afectados puedan acceder a las curas médicas”.