La mirada católica

Por Giovanni Maria Vian

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CIUDAD DEL VATICANO , sábado, 21 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos un artículo escrito por Giovanni Maria Vian, director de L’Osservatore Romano, con el título «La mirada católica».

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El viaje del Papa Benedicto XVI a África, la inserción del chino en el sitio web ya plurilingüe de la Santa Sede y el anuncio de un próximo Año sacerdotal, confirman la característica más evidente de la Iglesia de Roma, es decir, su mirada católica, que significa universal, mostrando una vez más -y según modalidades inesperadas- una fisonomía del catolicismo clara e históricamente fundada, pero no por esto siempre reconocida. Como ha sucedido también en estos últimos tiempos, con la voluntad de representar en cambio a la Iglesia, al Papa y a la Curia romana según tópicos tan polémicos como abusivos, o incluso a través de imágenes totalmente falsas y que, por tanto, son causa de tergiversaciones.

La realidad es muy diversa. Lo saben bien no sólo muchísimos católicos, sino también todos aquellos -y son otros tantos- que miran a la Iglesia de Cristo con respeto y confianza, a pesar de las debilidades, las deficiencias y las faltas de muchos de sus miembros. En todos los continentes, donde las situaciones, las urgencias y las esperanzas son diversas. Sin embargo, en todas partes la prioridad de los católicos debe consistir en hacer que Dios esté presente, como escribió de nuevo Benedicto XVI en la carta a los obispos, que quedará como uno de los documentos más auténticos y elevados de su servicio papal.

Mientras también en Internet la Santa Sede se abre a China -confirmando una voluntad que el Papa ha manifestado con claridad y respeto desde el inicio de su pontificado-, Benedicto XVI visita dos grandes países de África: Camerún y Angola. Simbólicamente es un homenaje a todo un continente, y no por casualidad el Obispo de Roma utiliza en él las tres lenguas occidentales más difundidas en ese continente (francés, inglés y portugués), dirigiéndose así a todos los pueblos africanos.

El viaje introducirá luego la II Asamblea especial para África del Sínodo de los obispos, donde el cristianismo tiene raíces antiquísimas en algunas regiones, sobre todo en Egipto y Etiopía, y una historia misionera importante. Sobre estas bases la Iglesia se implantó en las tierras de África y durante el siglo XX se desarrolló con características propias. El Papa va a África como testigo de Cristo, para llevar una vez más el anuncio evangélico y la posibilidad de la reconciliación. Siguiendo las huellas de Pablo vi, que exactamente hace cuarenta años visitó Uganda, y de Juan Pablo II, que durante veinte años tocó cuarenta y dos veces países africanos.

En este viaje Benedicto XVI no está solo. Lo acompañan las oraciones de muchísimos fieles que, sobre todo en estas últimas semanas, han estado y están cerca de él. Y el Papa mismo ha evocado el viaje a Egipto de san José, patrono de la Iglesia universal, cuyo nombre lleva él mismo, el cual se refugió allí con María y el Niño Jesús para salvarlos de la persecución. Para poner bajo su protección esta visita y a toda África.

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ZENIT Staff

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