LUANDA, domingo, 22 marzo 2009 (ZENIT.org).- Al concluir el acto más masivo de su primer viaje apostólico a África, Benedicto XVI exhortó este mundo al mundo a prestar atención a las necesidades y sufrimientos de África.

El Santo Padre concluyó este domingo la celebración eucarística que presidió en la explanada de Cimangola, en Luanda, con la participación de más de un millón de personas, convirtiéndose en portavoz del grito africano de justicia y paz.

"Que los hombres y las mujeres de todas las partes del mundo, que se unen a nuestra oración, dirijan sus ojos a África, a este gran continente, tan lleno de esperanza, pero que todavía sigue tan sediento de justicia, de paz, y de un desarrollo sano e integral, que pueda asegurar a su pueblo un futuro de progreso y de paz", exhortó.

En particular, el Papa llamó la atención de la comunidad internacional por uno de los conflictos más sangrientos que tienen lugar en el planeta en estos momentos, no muy lejos de allí donde él habla, la región africana de los grandes lagos.

Precisamente, cuando el obispo de Roma llegaba a África, miles de personas se veían obligadas a abandonar sus hogares, en la Provincia Oriental de la República Democrática del Congo, tras un ataque armado de los rebeldes ugandeses del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, Lord's Resistence Army).

"Aquí, en el África Austral, queremos pedir de manera particular a nuestra Señora que interceda por la paz, por la conversión de los corazones y por el final del conflicto en la cercana región de los Grandes Lagos", imploró.

"Que su Hijo, Príncipe de la paz, traiga curación a quien sufre, consuelo a quienes lloran y fuerza a todos los que llevan adelante el difícil proceso del diálogo, de la negociación y del alto a la violencia", concluyó.