ROMA, miércoles 31 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Con ocasión del 60º aniversario de la fundación de las Obras Misioneras Misionales Pontificias (OMP) en Pakistán, la Iglesia católica del país ha lanzado el “Año de la Misión”.
La iniciativa, como recuerda la agencia vaticana Fides, se centrará en los derechos, las libertades y el papel de los cristianos en el interior de la sociedad pakistaní, pero sobre todo, se centrará en la lucha contra el extremismo, la evangelización y la armonía interreligiosa.
El Año se inaugurará oficialmente el 30 de septiembre y participarán todas las diócesis de pakistaníes.
La situación de los cristianos en este país no es fácil. “no hay avances en la situación de los cristianos en Pakistán”, contó a Fides el padre Mario Rodrigues, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias locales.
“No nos sentimos seguros y no estamos suficientemente tutelados -confesó-. Es verdad que durante el mes de Ramadán los grupos integristas suspenden sus actividades violentas”.
“Como fieles cristianos y ciudadanos pakistaníes pretendemos interrogarnos sobre nuestra función y sobre la contribución específica que podemos y queremos dar a la nación, para construir un país realmente democrático, donde se respeten los derechos de todos”, añadió el padre Rodrigues.
“Queremos construir armonía, paz y el bien común del país, junto a todos los hombres de buena voluntad: con este espíritu comenzaremos el Año de la Misión, que intentará sensibilizar a todas las comunidades cristianas presentes en Pakistán, para que los valores del Evangelio puedan iluminar al Pakistán de hoy”.
Con esta iniciativa, destacó el sacerdote, se pedirá también “al gobierno local y federal que tomen medidas adecuadas para garantizar la paz social y que combatan con decisión y eficacia contra los grupos terroristas que pretenden desestabilizar al país”.
Con respecto a la entrada en vigor de la ley que reserva 4 asientos en el Senado para las minorías religiosas, el padre Rodrigues deseó que una mayor representación de las minorías religiosas en el Parlamento “sea el camino justo para hacer oír las voces de algunos cristianos en las sedes institucionales”.