BUENOS AIRES, viernes 26 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Citando el Deuteronomio –“Elige la vida y vivirás”-, los obispos argentinos hicieron público un mensaje, al término de la 159 Reunión de la Comisión Permanente, este 18 de agosto.
“Durante este Año de la Vida –afirman–, hemos reflexionado sobre ella y la hemos reconocido como un regalo maravilloso que recibimos de Dios, y que hace posible todos los otros bienes humanos. También hemos observado con dolor situaciones sociales en las que no se está promoviendo el valor supremo de la vida”.
“Hoy la vida está muy amenazada por la droga y las diversas adicciones, la pobreza y la marginalidad en la que muchas personas viven su existencia en un estado de vulnerabilidad extrema; también la delincuencia aparece hoy en forma frecuente como atentado contra la vida”, afirman.
Junto a estos peligros, señalan el aborto. “Queremos afirmar con claridad: cuando una mujer está embarazada, no hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y la de su hijo o hija en gestación. Ambas deben ser preservadas y respetadas”, afirman los pastores.
“La biología manifiesta de modo contundente a través del ADN –añaden–, con la secuenciación del genoma humano, que desde el momento de la concepción existe una nueva vida humana que ha de ser tutelada jurídicamente. El derecho a la vida es el derecho humano fundamental”.
Constatan que en Argentina “hay un aprecio de la vida como valor inalienable. La vida propia y ajena es para los creyentes un signo de la presencia de Dios, e incluso a quienes no conocen a Dios o no creen en Él, les permite ‘sospechar’ la existencia de una realidad trascendente”.
Valoran las recientes medidas respecto del cuidado de la vida en la mujer embarazada y subrayan que “es absolutamente prioritario proteger a las futuras madres, en particular a las que se encuentran en estado de marginalidad social o con dificultades graves en el momento del embarazo”, con una llamada de atención a los padres: “Los varones, que también lo hicieron posible, no deberían desentenderse”.
Expresan su deseo de “escuchar, acompañar y comprender cada situación, procurando que todos los actores sociales seamos corresponsables en el cuidado de la vida, para que tanto el niño como la madre sean respetados sin caer en falsas opciones. El aborto nunca es una solución”.
Advierten que “una decisión legislativa que favoreciera la despenalización del aborto tendría consecuencias jurídicas, culturales y éticas”.
“Las leyes –explican- van configurando la cultura de los pueblos y una legislación que no protege la vida favorece una cultura de la muerte. La ley, en cuanto base de un ordenamiento jurídico, tiene un sentido pedagógico para la vida de la sociedad”.
Invitan a los fieles laicos y a todos los ciudadanos a reflexionar y expresarse con claridad a favor del derecho a la vida humana sin que este debate “provoque más divisiones en la sociedad argentina”.
Solicitan, por ello, que las expresiones vertidas sobre este tema se realicen “con el máximo respeto, eliminando toda forma de violencia y de agresividad, ya que estas actitudes no están a la altura del valor y de la dignidad que promovemos”.
Y concluyen invocando “la protección de Dios, fuente de toda vida, para que ilumine a los legisladores” y subrayando, en el marco del Bicentenario, que “cada vida humana acogida con grandeza de corazón renueva la existencia de nuestra Patria como hogar abierto a todas y a todos”.