CIUDAD DEL VATICANO, sábado 24 diciembre 2011 (ZENIT.org).- “Cinco pasos para relanzar el anuncio del Evangelio en Europa”: es la propuesta delineada por Benedicto XVI, durante su discurso dirigido el jueves a la Curia Romana para el tradicional intercambio de saludos natalicios, que ha tenido una amplia resonancia en todo el mundo.
Para resolver el problema de la crisis de la Iglesia en el viejo continente, cuyo núcleo “es la crisis de la fe”, Benedicto XVI ha descrito “un nuevo modo, renovado, de ser cristiano”, trazando cinco caminos a seguir, cinco indicaciones “para entender qué cosa anunciar (y cómo), a un mundo que parece “cansado” y “aburrido” de ser cristiano, declara el padre Federico Lombardi, en el editorial de Octava Dies, semanal informativo del Centro Televisivo Vaticano.
También este año el papa, ante la proximidad de la Navidad, “nos ha dicho algo bello, importante y alentador”, afirma el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, “y lo ha hecho teniendo como escenario este tiempo de crisis que él cree que es, con razón, no solo económica, sino profundamente moral, cultural y espiritual”.
La reflexión del Pontífice, añade el padre Lombardi, se ha centrado también en una de las experiencias “que más le ha impresionado el año pasado: la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid”, que ha puesto en evidencia que el primer paso a seguir es, ante todo, “una nueva experiencia de la catolicidad, de la universalidad de la Iglesia”.
Comprender que todos somos hermanos y hermanas, y que “no es solo una idea, sino una experiencia”, nos debe llevar a la belleza de vivir para el otro: “el tiempo y la vida encuentran su sentido cuando ambos son donados, y no cuando son retenidos para uno mismo, afirma el padre Lombardi.
A partir de esta toma de conciencia, se debe continuar el camino señalado por Benedicto XVI, en el cual, paso a paso, redescubrimos la adoración: “acto de fe ante Cristo resucitado presente entre nosotros, por nosotros y con nosotros en la Eucaristía” y aún más, el perdón de Dios a través del sacramento de la Penitencia “para contrarrestar continuamente nuestro egoísmo, aliviarnos el peso y reabrirnos al amor”.
Por último: “la certeza de ser queridos, aceptados, acogidos, amados por Dios; junto al entregarse, creer, pedir perdón y fiarse del amor.
“Recorriendo estos cinco pasos la vida se abre a la alegría” concluye el director de Radio Vaticana, “si no, la duda de si esté bien existir no encuentra respuesta, se hace insuperable y la vida es presa de la tristeza”.
“De la duda sobre Dios sigue inevitablemente la duda sobre el mismo ser humano; pero Dios se ha hecho hombre justamente para ayudarnos a superar estas 'dudas'”, asegura el padre Lombardi, citando las palabras del papa. La mayor esperanza, por lo tanto, es vivir con la certeza de que es “bueno existir como seres humanos, aún en tiempos difíciles”, concluye.