ROMA, viernes 3 febrero 2012 (ZENIT.org).- Su beatitud Gregorio III, patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, de Alejandría y de Jerusalén regresó de El Cairo donde pasó las fiestas navideñas. A su vuelta a Líbano ha hecho declaraciones sobre la difícil situación que vive el país y los problemas de los cristianos en Egipto.

Interrogado sobre la situación en Egipto, un año después de la revolución popular en la plaza Tahrir, Gregorio III señaló la situación permanece controlada aunque difícil para los cristianos, según informa el Patriarcado grecomelquita católico de Antioquía y de todo el Oriente, de Alejandría y de Jerusalén, en un comunicado de 27 de enero.

“La vida sigue en nuestras escuelas, nuestras instituciones, nuestros centros parroquiales pero tenemos que constatar y aceptar que una nueva oleada de salidas afecta a nuestra comunidad grecomelquita de Egipto. Deploramos la partida de una veintena de familias según el testimonio de los párrocos, que es una cifra muy importante para una comunidad ya reducida a apenas cinco mil personas”, declaró Gregorio III.

“Esta ola de salidas –explicó- golpea evidentemente tanto a las comunidades coptas católicas como a las ortodoxas y se darían también salidas entre los musulmanes”, aunque evidentemente estas últimas que serían minoritarias “no dejan el mismo vacío que en el seno de las comunidades cristianas”.

“Vivimos el hoy de Dios tanto ahora como mañana. Miramos nuestro pequeño rebaño, les amamos, les servimos con nuestra pastoral, nuestras escuelas y cada una de nuestras instituciones. Lo más importante es la pastoral que es, con las escuelas, el pilar de la vida de nuestra Iglesia”, respondió el patriarca preguntado por el porvenir de su Iglesia en Egipto.

En el curso de su visita, Gegorio III presentó sus saludos al patriarca copto ortodoxo Shénouda y al patriarca copto católico, el cardenal Antonios Naguib.

Participó también en la reunión anual de la Asamblea de la Jerarquía Católica de Egipto, presidida por el patriarca copto católico, así como en la puesta en marcha de una asamblea intercristiana propia en Egipto para permitir una mejor cooperación y una mejor visibilidad de las Iglesias de Egipto.