La santidad es el núcleo de la formación espiritual de los sacerdotes

Entrevista con el cardenal Grocholewski, prefecto para la Educación Católica

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ROMA, martes 7 febrero 2012 (ZENIT.org).-Para la Iglesia, entre los diversos tipos de formación, la de los sacerdotes es la más importante. La santidad es el núcleo de toda la formación espiritual. De la calidad de los sacerdotes en gran medida dependerá el futuro de la Iglesia. Y si a alguien le quedaran dudas, es impresionante ver la frecuencia con la que Benedicto XVI habla de los sacerdotes y de los dones de santidad que tienen que tener.

Lo indicó este lunes, el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, después de la inauguración de la semana de estudio “El ministerio de dirección en los seminarios”, que se realiza hasta el viernes en la Universidad de la Santa Cruz, en una entrevista a ZENIT que les proponemos aquí a continuación.

Eminencia, ¿qué quiso transmitir a los participantes de esta semana de estudio?

–Card. Grocholewski: Que entre todos los tipos de formación, la Iglesia sabe que la de los sacerdotes es la más importante porque de ellos dependerá tanto el apostolado de los laicos en donde el sacerdote es la guía, como la realización de la vida consagrada, porque el padre espiritual para los religiosos y personas consagradas es siempre un sacerdote.

Por lo tanto de la calidad de estos ministros dependerá en gran medida el futuro de la Iglesia y su apostolado en general.

Ud ha hecho también una presentación histórica

–Card. Grocholewski: Sí, de hecho he querido ilustrar con un poco de historia cómo se ve esta comptenecia en la Curia romana. Partiendo de las reformas del código en 1908 y en 1917, y de la reforma de la Curia romana después del Concilio en 1967, y nuevamente con el código de 1998. Por lo tanto traté de indicar como se ha dado más importancia a la formación de los sacerdotes que a las universidades, a los colegios y todo lo demás. Quise volverlos conscientes de la importancia que tiene.

¿Hoy hay menos vocaciones? ¿La gente tiene que estar más decidida para elegir la vida sacerdotal?

–Card. Grocholewski: A nivel de toda la Iglesia no hay menos vocaciones, incluso crecen. Esto lo vemos en África y en Asia. Les doy un pequeño ejemplo: en Tailandia todos los católicos suman unos trescientos mil, por lo tanto una comunidad pequeña. Y en el seminario mayor hay 220 seminaristas de los cuales 140 diocesanos y los otros religiosos. También en América Latina aunque no en proporción igual en todos los países. Incluso en Europa encontramos algunos ejemplos: el año pasado en Rumania, donde los católicos son el 7% de la población, en una diócesis en donde los católicos son 220.000, en el seminario hay 140 seminaristas.

El núcleo es siempre la santidad, ¿verdad?

–Card. Grocholewski: Claro que sí. La santidad es el núcleo de toda la formación espiritual, porque de ella depende también la formación humana, intelectual y pastoral. Por lo tanto, para nosotros el núcleo de toda la formación de los sacerdotes es la espiritual. Tomemos por ejemplo el caso de san Juan María Vianney, sin una particular preparación, en tiempos durísimos de persecución en los que asesinaron a tantos sacerdotes, cuando todos decían “no se puede hacer nada”. En cambio él, en una pequeña parroquia hizo un centro de espiritualidad donde acudían personas de toda Francia para escuchar a este párroco.

Él, un sacerdote sencillo hizo más que un centenares de otros juntos. ¿Qué hizo de extraordinario? Nada, simplemente era un verdadero sacerdote que unido a Cristo sabía qué debía hacer en cuanto sacerdote.

¿El papa tiene mucho interés por la formación de los sacerdotes?

–Card. Grocholewski: Es impresionante la frecuencia con la que Benedicto XVI habla de los sacerdotes y de los dones de santidad que tienen que tener. Yo creo que realmente es excepcional. Cada día en donde el papa habla, dice algo sobre los seminarios y sacerdotes. Y esto es muy significativo. Se da cuenta que de nosotros los sacerdotes dependen muchas cosas, que hoy es más difícil ser sacerdote que en el pasado. Entonces es necesario enraizarse en la oración, en la espiritualidad y en la unión con Cristo.

Por H. Sergio Mora

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ZENIT Staff

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