ROMA, lunes 13 febrero 2012 (ZENIT.org).- Una parte importante del recién publicado informe anual de Human Rights Watch (HRW), sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, está dedicada a Vietnam. En este país, según la asociación estadounidense, la presión de las autoridades sobre los disidentes y los militantes de los derechos humanos ha aumentado durante 2011.

Las libertades de expresión y de asociación han sido limitadas, los blogueros y militantes en defensa de la libertad, de la democracia, y contra la corrupción han sido víctimas de numerosas sanciones. Han sido amenazados, arrestados, maltratados y encarcelados.

Según el informe de HRW, a lo largo de 2011, las autoridades han inculpado al menos a 33 militantes pacifistas y les han condenado a penas que en total representan 185 años de prisión a los cuales hay que añadir 75 años de residencia vigilada.

Entre los que han sido condenados por sus actividades pacíficas se puede citar al jurista, Cu Huy Ha Vu, personalidad muy reconocida en su país, Phung Lam, Vi Duc Hoy, Nguyên Ba Dang , Pham Minh Hoang, Lu Van Bay y Ho Thi Bich Khuong, todos ellos personajes reconocidos por su acción a favor de la democracia y cuyos escritos han sido puestos en línea en blogs que defienden los derechos humanos. Durante el mismo año, las autoridades también procedieron al arresto de otros 27 militantes pacifistas que todavía no han sido juzgados.

El documento dedica un espacio importante al ejercicio del culto y a la expresión de las creencias religiosas en Vietnam. Denuncia el hecho que los ministros de las organizaciones religiosas independientes todavía sufren amenazas y persecuciones, muchos de ellos están arrestados.

Los servicios de seguridad pública obstaculizan sus asambleas, arrestan a aquellos que participan en sus actividades y llevan a sus dirigente a residencias vigiladas.

Incluso las organizaciones religiosas registradas y reconocidas, iglesias como las de los redentoristas en Hanoi o Saigón, son objeto de sanciones. En Thai Ha, un grupo de observadores fueron enviados a las puertas de la iglesia para provocar a los católicos.

En abril último, ocho militantes religiosos “montañeses”, fueron condenados a penas de entre ocho y doce años de prisión por haber saboteado “la unidad nacional”.

En julio, a pesar de las protestas de la opinión internacional, un sacerdote católico, el padre Nguyên Van Ly, gravemente enfermo aún, fue forzado a volver a la cárcel después de 16 meses de residencia vigilada.

En conclusión de esta enumeración de violaciones de la libertad religiosa en Vietnam, Human Rights Watch pide que se vuelva a examinar la posibilidad de inscribir de nuevo el nombre de Vietnam en la lista estadounidense de los países preocupantes en materia de libertad religiosa.    

Traducido del francés por Raquel Anillo