El nuevo arzobispo de Canterbury Justin Welby, primado de la comunión anglicana a la que pertenecen unos 80 millones de personas, fue el primero de los líderes de religión cristiana que rompió el silencio sobre la renuncia de Benedicto XVI.
Manifestó “gran pesar” pero “total comprensión” por la renuncia del obispo de Roma, “un cargo que cumplió con gran dignidad, visión y valor".
Welby acaba de asumir su cargi sucediendo a Rowan Williams, quien recibió a Benedicto XVI en su residencia de Lambeth Palace, durante la visita apostólica de cuatro días que realizó a Inglaterra y Escocia. Fue la primera visita oficial de un pontífice a Gran Bretaña después de la Reforma anglicana en el siglo XVI. Antes, hubo un viaje pastoral de Juan Pablo II, en mayo de 1982, al Reino Unido pero no fue una visita de Estado.
Benedicto XVI --indicó el número uno de los anglicanos- “nos ha demostrado lo que puede ser en concreto la vocación de la Sede de Roma: un testimonio a escala universal del Evangelio y un mensajero de esperanza”. Y añadió: “En su enseñanza y en sus escritos, él ha sabido afrontar con una mentalidad teológicamente creativa y notable, las problemáticas de hoy”.
"Nosotros que pertenecemos a otras familias cristianas reconocemos con gusto la importancia de este testigo y nos unimos a nuestros hermanos y hermanas católicos romanos para dar gracias a Dios por la inspiración y el desafío del ministerio del papa Benedicto".
Y concluyó: "Rezamos de manera que Dios le bendiga profundamente en su vida retirada, con salud y paz en el alma y en el corazón, y encomendamos al Espíritu Santo a los que tienen la responsabilidad de elegir a su sucesor".
Benedicto XVI aprobó en noviembre de 2009 la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus, sobre la institución de ordinariatos personales destinados a los anglicanos que quieren entrar en plena comunión con la Iglesia católica, documento que favoreció la gran cantidad de conversiones que se registraron en los últimos años.
El nuevo arzobispo de Canterbury, en estos días además reiteró que la Iglesia de Inglaterra mantiene su rechazo a la propuesta del Gobierno británico de legalizar los matrimonios homosexuales.