La meditación del papa durante en el rezo del Ángelus estuvo centrada en las tentaciones de Jesús, tal como se lee en el evangelio del primer Domingo de Cuaresma, “tiempo favorable para redescubrir la fe en Dios como criterio-base de nuestra vida y de la vida de la Iglesia”, según dijo.
Ante esto, hizo ver que el esfuerzo del hombre por vivir el plan de Dios será siempre “una batalla espiritual, porque el espíritu del mal, se opone a nuestra santificación y trata de hacer que nos desviemos del camino de Dios”.
Cuaresma, tiempo de conversión
Como cada año, en el primer Domingo de Cuaresma, se presenta el evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto. Fue a partir de este pasaje que el papa centró su enseñanza, recordando que “al comenzar su ministerio público, Jesús tuvo que desenmascarar y rechazar las falsas imágenes del Mesías que el tentador le proponía”.
Hoy, dijo, “estas tentaciones son también imágenes falsas del hombre, que en todo tiempo socavan la conciencia, disfrazándose de propuestas convenientes y eficaces, incluso buenas”.
En el relato de los evangelistas Mateo y Lucas, se presentan tres tentaciones de Jesús, “cuyo núcleo central consiste siempre en instrumentalizar a Dios para los propios intereses, dando más importancia al éxito o a los bienes materiales”, explicó el papa.
De esta manera, continuó, “Dios se vuelve secundario, se reduce a un medio, al final se convierte en irreal, ya no importa, se desvanece”. Ante esto el catequista universal preguntó a los fieles: “En los momentos decisivos de la vida (..) ¿o bien queremos seguir el yo, o a Dios? ¿El interés individual o el verdadero Bien, aquello que es realmente bueno?”
A fin de vivir a salvo del tentador, Benedicto XVI recordó que Jesús, “es la mano que Dios ha tendido al hombre, a la oveja perdida, para que vuelva a salvo (..) no tengamos miedo de afrontar también nosotros la lucha contra el espíritu del mal: lo importante es lo que lo hacemos con Él, con Cristo, el vencedor”.
En español
Ante la presencia de peregrinos de lengua española, el santo padre les dirigió las siguientes palabras:
“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo del Colegio sacerdotal argentino de Roma. En esta Cuaresma pidamos al Señor que la contemplación de los misterios de su pasión, muerte y resurrección nos ayude a seguirlo más de cerca.
Al mismo tiempo, de corazón agradezco a todos su oración y afecto en estos días. Os suplico que continuéis rezando por mí y por el próximo Papa, así como por los Ejercicios espirituales, que empezaré esta tarde junto a los miembros de la Curia Romana. Llenos de fe y esperanza, encomendemos la Iglesia a la maternal protección de María Santísima”.
El texto completo del Ángelus del papa en: http://www.zenit.org/es/articles/el-espiritu-del-mal-se-opone-a-nuestra-santificacion