Fe y vida humana en las realidades médicas, sociales y de asistencia

Concluyó la asamblea general de la Pontificia Academia por la Vida. Ciencia y fe pueden encontrar punto de armonización

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Del 21 al 23 de febrero se ha celebrado la XIX asamblea general de la Academia Pontificia por la Vida, en Roma, sobre el tema «Fe y vida humana». El viernes por la mañana se celebró un encuentro abierto al público. 

La sesión fue inaugurada por el cardenal Willem Eijk, miembro del consejo directivo de la Academia Pontificia para la Vida y Gianluigi Gigli, profesor de neurología de la Universidad de Udine, Italia.

Por su parte monseñor Gerhard Ludwig Muller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe abordó el tema: «La vida humana en el pensamiento de Benedicto XVI».

La iniciativa se sitúan dentro del Año de la Fe y tiene como objetivo resaltar los fundamentos doctrinales a la base del concepto cristiano de vida humana. No faltaron las reflexiones sobre el mensaje cristiano sobre la vida humana y cómo se vive y se propone en nuestra época en las realidades médicas, sociales y de asistencia.  

El sábado por la mañana, por su parte monseñor Ignacio Carrasco de Paula, presidente de la Pontificia Academia por la Vida abordó el tema: «La sacralidad de la persona como garantía última del estatuto ético del ser humano»

En entrevista a la Radio Vaticano el número uno de la Pontificia Academia por la Vida indicó que la suya «ha sido una ponencia que tenía la intención de insistir un concepto: un concepto que ha sido un gran punto de referencia y que en los último tiempos ha sido un poco olvidado por tantas razones. Benedicto XVI, en su magisterio, ha insistido mucho en el problema de una sociedad que está apartando a Dios».

Y se preguntó «¿Hay una rebelión? Sí, parece que haya una rebelión, pero hay también muchos otros elementos. Diría que es necesario no confundir las cosas: una cuestión es el fenómeno nominado y controlado por algunos, como puede ser el mundo de los medios de comunicación,  y otra cuestión es el mundo real. No siempre coinciden. A mí, por ejemplo, me gusta la montaña y cuando paseo, veo los picos, las cimas nevadas, veo cómo lo sagrado está más que presente también en estas cosas».

«En un contexto de reflexión de expertos sobre bioética –precisó monseñor- creo que sería importante rememorar la dignidad y mantenerla, pero recordemos también que el hombre tiene algo más».

Indicó también que ciencia y fe están de acuerdo. «Muy a menudo quienes no están de acuerdo son los científicos y los creyentes. Creo que en la fe y en la ciencia no hay un punto o una contradicción que no se pueda superar». 

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Staff Reporter

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