El papa Francisco ha recibido esta mañana en el Vaticano al primado de la comunión anglicana, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby. El primado anglicano tomó posesión en una solemne ceremonia como nuevo arzobispo de Canterbury el pasado 21 de marzo, tan sólo dos días después de la misa de inicio del pontificado de Francisco. Puesto que Welby no pudo asistir a la misa del 19 de marzo, hoy ha sido el primer encuentro entre ambos.
Después de la audiencia privada y los discursos oficiales, se han intercambiado los regalos y han finalizado con un momento de oración común en la capilla del «Redemptoris Mater».
Le ha dado la bienvenida con las mismas palabras con que Pablo VI acogió a su antecesor, Michael Ramsey, durante su histórica visita al Vaticano en 1966: “Sus pasos no resuenan en una casa extranjera… Nos alegramos de abrirle las puertas y con ellas, el corazón… y de acogerle no como huésped o forastero, sino como conciudadano de los santos y de la familia de Dios”. Del mimo modo el santo padre ha recordado que en la ceremonia de toma de posesión en la catedral de Canterbury, el arzobispo rezó por el nuevo obispo de Roma, un gesto que el papa le ha agradecido profundamente, diciendo: “Pienso que habiendo iniciado nuestros respectivos ministerios a pocos días de distancia uno de otro, tendremos siempre un motivo particular para ayudarnos mutuamente rezando”.
El papa Francisco ha recordado que “la historia de las relaciones entre la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia de Roma es larga y compleja y no está exenta de momentos dolorosos. Sin embargo, las últimas décadas se han caracterizado por un camino de acercamiento y fraternidad, por el que debemos dar gracias a Dios”. Ha señalado también que de ese camino forman parte el «diálogo teológico, gracias a los trabajos de la comisión internacional anglicana-católica y las relaciones de convivencia a la enseña del respeto mutuo y de la colaboración» y por eso Francisco ha agradecido también la presencia del arzobispo de Westminster monseñor Vincent Nichols. El papa ha explicado que la solidez de esas relaciones ha hecho posible mantener la ruta incluso cuando en el diálogo teológico han surgido dificultades mayores de las que se podían imaginar al principio.
Haciendo referencia a su predecesor, el santo padre ha manifestado al arzobispo su gratitud por el esfuerzo que ha hecho la Iglesia de Inglaterra para entender las razones que llevaron a Benedicto XVI a ofrecer «una estructura canónica capaz de responder a las exigencias de los grupos anglicanos que pidieron que se les recibiera, también de forma corporativa, en la Iglesia católica. Estoy seguro de que así será también posible conocer mejor y apreciar en el mundo católico las tradiciones espirituales litúrgicas y pastorales que constituyen el patrimonio anglicano».
<p>El papa se ha referido al encuentro de hoy como «una ocasión para recordar que el compromiso de la unidad entre los cristianos no deriva de razones de orden práctico sino de la voluntad misma del Señor Jesucristo que nos ha hecho hermanos suyos e hijos de un único Padre. De ahí que la oración que rezamos hoy juntos es de importancia fundamental”.
Ha continuado el pontífice matizando que en la oración se renovará día a día el compromiso de caminar hacia la unidad, que se expresará en la colaboración en diferente ámbitos de la vida diaria como «el testimonio de la referencia a Dios y de la promoción de los valores cristiano, ante una sociedad que parece poner en tela de juicio algunas de las bases de la convivencia, como el respeto por la sacralidad de la vida humana o la solidez del instituto de la familia fundada en el matrimonio». Y también el compromiso «por una mayor justicia social, por un sistema económico que se ponga al servicio del ser humano y en ventaja del bien común». Entre nuestras tareas, ha recordado el papa está «el dar voz al grito de los pobres para que no sean abandonados a la ley de una economía que parece a veces considerar al ser humano sólo como un consumidor”.
Francisco ha señalado que sabe que el arzobispo «es particularmente sensible a estas temáticas, en las que compartimos muchas ideas. También estoy al corriente de su compromiso para favorecer la reconciliación y la resolución de los conflictos entre las naciones». A propósito de esto, ha mencionado la labor realizada junto con el arzobispo Nichols en la que «ha pedido a las autoridades que encuentren una solución pacífica del conflicto sirio, que garantice también la seguridad de toda la población, incluidas las minorías, entre las que se encuentran las antiguas comunidades cristianas locales. Como usted ha evidenciado, nosotros los cristianos llevamos la paz y la gracia como un tesoro para donar al mundo, pero estos dones pueden dar fruto solamente cuando los cristianos viven y trabajan juntos en armonía. Será así más fácil contribuir a construir relaciones de respeto y convivencia pacífica con los que pertenecen a otras tradiciones religiosas y también con los no creyentes».
Para finalizar, el santo padre ha subrayado que «la unidad que anhelamos sinceramente es un don que viene de lo alto y se funda en nuestra comunión de amor con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo». «Caminamos, querido hermano, hacia la unidad, unidos fraternamente en la caridad y teniendo como punto de referencia constante Jesucristo, nuestro Hermano mayor», ha concluido.
El arzobispo Welby pidió visitar las excavaciones vaticanas de la Basílica de San Pedro para rezar delante de la tumba del san Pedro, como hizo su predecesor Rowan Williams, durante su primera visita a Roma. El arzobispo también manifestó su deseo de recogerse en oración delante de la tumba del beato Juan Pablo II.