El papa Francisco ha enviado un mensaje al padre Fernando Millán Romeral, prior general de la Orden de los Hermanos de la Beata Virgen María del Monte Carmelo en ocasión del Capítulo general.
El santo padre les indica: «La vuelta a la sencillez de una vida centrada sobre el Evangelio es el desafío para la renovación de la Iglesia, comunidad de fe que encuentra siempre recorridos nuevos para evangelizar el mundo en continua transformación». Les ha invitado a preguntarse: «¿Cómo es mi vida de contemplación?» y ha les advertido que «¡un carmelita sin esta vida contemplativa es un cuerpo muerto!».
El papa les ha dirigido esta palabra de ánimo y esperanza en «un momento de gracia y de renovación, que os llama a discernir la misión de la gloriosa orden carmelita». Y les ha recordado que «el antiguo carisma del Carmelo ha sido durante ocho siglos un don para toda la Iglesia, y todavía hoy continúa a ofrecer su peculiar contribución para la edificación del Cuerpo de Cristo y para mostrar al mundo el rostro luminoso y santo».
Las tres palabras clave que el papa ha dado en su carta han sido don, oración y misión. Sobre el don Francisco ha subrayado que «la Iglesia tiene la misión de llevar Cristo al mundo y por esto, como Madre y Maestra, invita a cada uno a acercarse a Él», recordando que en la liturgia carmelitana por la fiesta de la Virgen del Monte Carmelo contemplamos a María que está «junto a la Cruz de Cristo»: «este es el lugar de la Iglesia: cerca de Cristo», señala el papa.
Reflexionado sobre los orígenes de la orden, el pontífice les indica:»Descubrirán también la vocación actual de ser profetas de esperanza. Y es precisamente en esta esperanza que serán regenerados. A menudo lo que aparece nuevo es algo muy antiguo iluminado por nueva luz».
El santo padre ha afirmado que la llamada a seguir a Cristo y de unirse a Él es de vital importancia en este mundo tan desorientado porque, citando la Lumen Fidei, «cuando su llama se apaga también todas las otras luces terminan por perder su vigor».
En relación a la oración, Francisco cita a su predecesor Benedicto XVI cuando en el Capítulo general del 2007 de los carmelitas, les recordó que «el peregrinaje interior de fe hacia Dios inicia en la oración» y en Castel Gandolfo en agosto del 2010 les dijo: «Ustedes son quienes nos enseñan a rezar». A esto Francisco añade que la oración es el «camino real» que abre a las profundidades del misterio de Dios Uno y Trino, pero es también el camino obligado que serpentea en medio del pueblo de Dios que peregrinan en el mundo hacia la Tierra prometida. Del mismo modo, recuerda que la lectio divina «introduce a la conversación directa con el Señor y abre los tesoros de la sabiduría».
Finalmente les ha hablado sobre la misión: «La vuestra es la misma misión de Jesús. Cada planificación, cada discusión sería poco útil, si el Capítulo no realizase sobre todo un camino de verdadera renovación». Del mismo modo les ha recordado que «no debemos nunca olvidar que mismo si somos arrojados en aguas turbias y desconocidas, Él que nos llama a la misión nos dará también la valentía y la fuerza para realizarla».
Para concluir el papa Francisco ha dicho que «el testimonio del Carmelo en el pasado pertenece a la profunda tradición espiritual crecida en una de las grandes escuelas de oración. Éste ha suscitado también la valentía de hombres y mujeres que han afrontado el peligro y hasta la muerte». Y poniendo como ejemplo a santa Teresa Benedicta de la Cruz y del beato Titus Brandsma les ha preguntado: «¿Hoy, entre ustedes, se vive con el temple, con la valentía de estos santos?».
Al concluir ha pedido la Virgen María, Madre y Reina del Carmelo que «acompañe vuestros pasos y haga fecundos de frutos el camino cotidiano hacia el Monte de Dios».