Ofrecemos a nuestros lectores la tercera y última parte de la serie sobre la Iglesia en América Latina, con información de algunos países sud y centro americanos, así como de El Caribe.
Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del papa Francisco, ZENIT viene difundiendo el valioso estudio del Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la realidad pastoral, social y devocional de los pueblos latinoamericanos.
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de Venezuela, un país ubicado en la zona nor este de sudamérica, con una extensión de 916.445 km2, y que acoge a cerca de 27.150.100 habitantes, de los cuales el 71% serían católicos.
Hechos históricos eclesiales
Lo inicios de la evangelización se dieron con la erección de la diócesis de Coro, la primera en Venezuela, el 21 de junio de 1531 por el papa Clemente VII, siendo su primer obispo Rodrigo de Bastidas y Rodríguez de Romera.
Caracas, creada el 20 de junio de 1637, fue elevada a arquidiócesis por el papa Pío VII el 27 de noviembre de 1803, siendo su primer obispo Francisco de Ibarra y Herrera. La diócesis de Mérida fue creada el 16 de febrero de 1778, sufragánea de Caracas, por el papa Pío VI quien nombró al franciscano Juan Manuel Antonio Ramos Lora, como su primer obispo. Fue elevada por Pío XI a arquidiócesis el 11 de junio de 1923, siendo su primer arzobispo Antonio Ramón Silva.
Comunidad de servicio
La Iglesia Católica en Venezuela cuenta con nueve arquidiócesis y 23 diócesis, así como con cuatro vicariatos apostólicos, un Ordinariato Militar y los exarcados apostólicos de Rito Griego Melkita y Sirio Antioqueño, los que completan la organización eclesiástica venezolana.
La Conferencia Episcopal Venezolana, fundada en 1973 para orientar y animar la pastoral, cuenta con cinco áreas que abarcan los aspectos de la evangelización, la educación de la fe, los agentes, la promoción humana, la cultura, entre otros. También se extienden algunas circunscripciones eclesiásticas para la atención del Pontificio Colegio Venezolano en Roma y el Consejo Fundacional de la Universidad Católica Andrés Bello.
Para cumplir con este trabajo, la Iglesia cuenta con nueve arzobispos, entre ellos un cardenal, así como con 23 obispos residentes y cuatro obispos auxiliares, un Ordinario Castrense, cuatro vicarios apostólicos y dos exarcas, quienes constituyen la Conferencia Episcopal Venezolana.
Son 38 las jurisdicciones eclesiásticas, donde existen 1.256 parroquias, y a través de las cuales prestan sus servicios 2.557 sacerdotes, de los cuales 1.493 son diocesanos y 1.064 son religiosos. Además hay 138 diáconos permanentes, 1.628 religiosos y 3.775 religiosas. Junto con ellos colabora un significativo número de laicos y laicas pertenecientes a movimientos apostólicos, comunidades eclesiales, dedicados a la catequesis, liturgia, pastoral social y familiar, y demás frentes de la labor evangelizadora.
En el caso de los religiosos, están organizados en la Conferencia Venezolana de Religiosos y Religiosas – CONVER y por parte de los laicos opera también el Consejo Nacional de Laicos de Venezuela – CNL, que reúne tanto laicos de movimientos como independientes.
Relación Iglesia – Estado
En el OPC se lee que la Iglesia «ha tenido siempre una posición muy firme y valiente frente a la actuación del (actual) gobierno, siendo voz de tantos que no la tienen, cuando el mismo ha tratado de alejarse de los principios de la Constitución». Igualmente, «ha mantenido una participación importante, a través de numerosas intervenciones y comunicados públicos para levantar su voz en relación con las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional que atentan en varias oportunidades contra la dignidad de las personas».
Se recuerda –y el Informe lo recoge–, que durante el gobierno del extinto presidente Hugo Chávez, hubieron «numerosas actuaciones públicas de la Iglesia (en las que) se han levantado muchas críticas, ataques verbales, a veces una verdadera persecución contra algunas de sus cabezas visibles».
El análisis habla de una «marginación de la Iglesia de toda la vida del entramado institucional del Estado venezolano», aunque reconocen que aún así, «es la Institución que goza de mayor prestigio y credibilidad en el país».
Ante la coyuntura política, «la Iglesia ha manifestado su preocupación por la compleja situación ética, política, económica y social que encara el país (y) destacan como necesidades más urgentes la seguridad, el empleo, la vivienda, la salud, la orientación y calidad de la educación, los servicios viales y la capacidad alimentaria», es lo que recoge el OPC.
La Iglesia venezolana ha señalado en varias oportunidades «la necesidad de respetar los derechos humanos que no son una concesión del Estado ni del gobierno, sino que tienen su origen en el plan de Dios, al crear al ser humano como persona a su imagen y semejanza». Entre los casos más urgentes, el Informe destaca la necesidad de prestar atención a la situación carcelaria y al respeto por la vida.
La Iglesia en la sociedad
A pesar de que Venezuela es un país católico, el OPC señala que alrededor de un 17% de la población pertenece a la Iglesia Evangélica, siendo ésta la segunda en el país. El 2% está conformado por personas adeptas a otras religiones como el islam, el hinduismo, el budismo y el judaísmo; mientras que el 2% grupos practican religiones con raíces prehispánicas. Hay grupos importantes con el 2% de ateos y agnósticos con el 6%.
Las poblaciones afrodescendientes e indígenas desarrollan de manera sincrética muchas de sus creencias y cosmovisiones en el territorio venezolano, varios de ellos desde la fe cristiana católica.
A lo largo de la historia venezolana, el Informe señala que la presencia de la Iglesia ha sido destacada en la educación, la atención de personas y grupos en situación de abandono, formación en ciudadanía, atención a las cárceles, promoción de centros de formación laboral, programas de rehabilitación de viviendas, atención de hospitales, clínicas y centros de salud, siempre en una atención dirigida hacia los más necesitados.
En el OPC se lee que, junto con la Cáritas venezolana, «la acción pastoral de la Iglesia busca la promoción y la asistencia social de la Iglesia integrada y articulada al servicio de los más pobres y de las comunidades cristianas, con el propósito de impulsar el compromiso hacía la solidaridad con los hermanos».
Como apoyo a la acción evangelizadora en la sociedad, funcionan nueve medios de comunicación impresos, nueve emisoras de radio a nivel nacional, varias revistas periódicas y la página web de la Conferencia Episcopal.
Frutos de santidad
Venezuela cuenta con dos beatas, la madre María de San José y la madre Candelaria de San José, así como con dos venerables que son el médico José Gregorio Hernández y la madre Emilia de San José.
En el OPC encontramos que la madre María de San José (1875-1967), nacida en Choroní, fundó la congregación Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, siendo declarada beata por Juan Pablo II en 1995.
Allí se reseña también que la madre Candelaria de San José (1863-1940) fue la fundadora de la Congregación de Religiosas Carmelitas de la Tercera Orden Regular. Beatificada el 24 de abril de 2008 por Benedicto XVI, hoy a sus hijas se les conoce como las Religiosas Carmelitas de la Madre Candelaria.
En el caso de los venerables, destaca por su fama el médico José Gregorio Hernández Cisneros, nacido en Isnotú, Trujillo el 26 de octubre de 1864, murió en Caracas el 29 de Junio de 1919 víctima de un accidente automovilístico. Famoso por su servicio médico a los más pobres, Juan Pablo II lo declaró venerable en 1986.
Asimismo, los venezolanos veneran a
la madre Emilia de San José, nacida en Caracas el 7 de diciembre de 1858 y muerta en Macuto, Distrito Federal, en enero de 1893, víctima de la tuberculosis. Fundó la congregación Hermanitas de los Pobres de Maiquetía y Juan Pablo II la proclamó venerable en 1993.
Son varios los siervos de Dios que esperan su proclamación. Tal es el caso de la religiosa Georgina Josefa Febres Cordero y del jesuita Tomás Morales Pérez, así como de los obispos Tomás Antonio Sanmiguel Díaz, Sixto Sosa Díaz y Arturo Celestino Álvarez, entre otros.
También están los laicos Adelia Abbo Fontana de Calvani y Arístides Calvani Silva.
Amor a María
El principal Santuario venezolano es el dedicado a Nuestra Señora de Coromoto, ubicado en el Guanare, es venerada como patrona de Venezuela desde 1950 y patrona principal de la Iglesia arquidiocesana de Caracas desde 2011.
Su historia se remonta al siglo XVII, cuando la Virgen se habría aparecido al nativo Coromoto en la selva, quien se resistía a recibir el bautismo. Luego de este hecho, el indígena quiso agredir a la dama que le hablaba, lo que se materializó en una estampilla hecha de fibra de árbol impresa con la imagen de la Madre de Dios, la misma que hoy se venera como reliquia en en el Santuario Nacional.
Termina el relato con la conversión y el bautismo de Coromoto, quien rogó al grupo de indios cospes rebeldes que estaba bajo su mando, que se bautizaran. Después Coromoto, ya con el nombre cristiano de Ángel Custodio, murió en buena vejez.
El papa Juan Pablo II la coronó en su visita al Santuario mariano en Guanare y el papa Benedicto XVI elevó en 2006 al Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto a la categoría de Basílica Menor.
Lo venezolanos también muestran su amor a María como Virgen del Carmen, Virgen del Valle y Nuestra Señora de Chiquinquirá, entre otras, compartiendo esta última devoción con el vecino país de Colombia.
Para conocer más de la Iglesia venezolana aquí