La crisis mundial suscitada por el anuncio de una intervención militar del gobierno de Barack Obama en Siria rápidamente encontró una alternativa formulada en positivo por parte del Papa Francisco y su apuesta por la paz y el diálogo.
El domingo 1 de septiembre el Papa convocaba a todos los católicos del mundo a una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria y Medio Oriente. La iniciativa fue prontamente acogida también por otras religiones y confesiones cristianas: desde el gran muftí de Siria hasta el patriarca ecuménico de Constantinopla, pasando por líderes políticos y personalidades del mundo del espectáculo y del deporte.
La vigilia de oración en el Vaticano, replicada en miles de ciudades y diócesis del mundo gracias a la difusión viral por parte de católicos en las redes sociales, se llevó a cabo el sábado 7 de septiembre de 19:00 a 23:00 horas. Más de cien mil personas, muchas de ellas no creyentes, acompañaron al Papa en esas cuatro horas de oración convertida en «arma de contestación» al conato de guerra.
La diplomacia vaticana liderada por el Papa Francisco aprovechó también el contexto de la reunión del G-20 en Rusia (los 19 países más industrializados del mundo más la Unión Europea) para enviar una carta al presidente Vladimir Putin.
En la carta, el Papa tocó el tema de la paz en Siria, incluso sabiendo que el encuentro en Moscú no giraba en torno a esa temática. «El encuentro de los jefes de Estado y de Gobierno de las veinte mayores economías, que representan dos tercios de la población y el 90% del PIB mundial, no tiene la seguridad internacional como su objetivo principal. Sin embargo, no podrá prescindir de reflexionar sobre la situación en Oriente Medio y en particular en Siria. Desgraciadamente, es doloroso constatar que demasiados intereses de parte han prevalecido desde que empezó el conflicto sirio, impidiendo hallar una solución que evitara la inútil masacre a la que estamos asistiendo. Que los líderes de los Estados del G20 no permanezcan inertes frente a los dramas que vive ya desde hace demasiado tiempo la querida población siria y que corren el riesgo de llevar nuevos sufrimientos a una región tan probada y necesitada de paz. A todos y cada uno de ellos dirijo un sentido llamamiento para que ayuden a encontrar caminos para superar las diversas contraposiciones y abandonen cualquier vana pretensión de una solución militar. Que haya, más bien, un nuevo empeño para perseguir, con valentía y determinación, una solución pacífica a través del diálogo y la negociación entre las partes interesadas con el apoyo concorde de la comunidad internacional», dijo el Papa a Vladimir Putin en su misiva, sugiriendo que intercediera por una solución pacífica.
En efecto, unos días después el gobierno ruso mediaría en el desarme químico al que Siria quiso someterse para evitar la invasión. Las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos entrarían en acción el 12 de septiembre. Unos días después, a mediados de septiembre de 2013 el gobierno de la Casa Blanca anunciaría que no se atacaría Siria. En los días precedentes, cuatro días después de la vigilia de oración y ayuno por la paz, el Congreso de los Estados Unidos había pospuesto sine die la votación que respaldaría la guerra de Obama en Siria.
Además de la oración, el ayuno y la diplomacia, un factor que también ayudó a que no se difuminará la sensibilidad por la paz en Siria fue la prolífica actividad del Papa Francisco desde sus cuentas de Twitter.
El 11 de septiembre el blog oficial de Twitter publicó un artículo analizando la actividad del Papa durante el periodo de especial tensión entre el gobierno de los Estados Unidos y el de Siria: en tan sólo una semana la mayoría de los tuits del Papa giraron en torno a la paz en Siria y Medio Oriente. Por mencionar un ejemplo, el tuit enviado el 2 de septiembre a las 11:40 a.m., desde la cuenta en inglés, superó los 10 mil retuits (reenvíos).
Fue también el Papa Francisco quien usó y viralizó el hashtag #prayforpeace el cual llegó a utilizarse en más de 260 mil ocasiones e incluso cobró «vida» independiente en muchos otros idiomas de la famosa red de microblog. Fue también entre el 1 y el 10 de septiembre que el Papa tuiteó más de lo habitual, en concreto hasta en tres ocasiones diarias, con alusiones directas al tema que estamos aludiendo.
Toda esta actividad supuso mantener despierta la conciencia humana en torno a una problemática que pudo agravarse. No parece forzado encontrar la relación entre la guerra hasta el momento evitada y todo ese empeño espiritual y digital del Papa Francisco en todo este proceso.
* Jorge Enrique Mújica, LC, es analista de ZENIT News Agency para temas de comunicación, internet, periodismo y comunicación institucional