El papa esta mañana ha concelebrado la eucaristía matutina en Santa Marta con los cardenales Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y Béchara Boutros Raï, patriarca de Antioquía de los maronitas, junto a un grupo de obispos maronitas venidos del Líbano, de Siria, de Tierra Santa y de otros países de todo el mundo. Las ideas que han estado al centro de su predicación han sido «la vergüenza delante de Dios, la oración para implorar la misericordia divina y la plena confianza en el Señor».
El santo padre ha comentado las lecturas de la liturgia deteniéndose de forma particular en el fragmento del libro de Esdras. Francisco ha desarrollado la homilía en torno a tres conceptos.
En primer lugar la actitud de vergüenza y confusión del Esdras delante de Dios, hasta el punto de no poder alzar los ojos hacia Él. Vergüenza y confusión de todos nosotros por los pecados cometidos, que nos han llevado a la esclavitud porque hemos servido a ídolos que no son Dios.
A continuación ha pasado al segundo concepto: la oración. «Según el ejemplo de Esdras, que de rodillas alza las manos hacia Dios implorando misericordia, así debemos hacer nosotros por nuestro innumerables pecados». Ha continuado el papa remarcando que es necesario elevar también una oración por la paz en Líbano, en Siria y en todo Oriente Medio. Y ha añadido que «la oración es siempre y sin embargo, el camino que debemos recorrer para afrontar los momentos difíciles, como las pruebas más dramáticas y la oscuridad que a veces nos rodea en situaciones impredecibles. El pontífice ha subrayado que para encontrar el camino de salida de todo ello es necesario rezar incesantemente».
Finalmente, el santo padre ha hablado de la confianza absoluta en Dios que nunca nos abandona. «Estamos seguros que el Señor está con nosotros y, por tanto, nuestro caminar debe hacerse perseverar gracias a la esperanza que infunde fortaleza. La palabra de los pastores será tranquilizante para los fieles: el Señor no nos abandonará nunca», ha señalado el papa.
Después de la comunión, el cardenal Bechara Raï ha dirigido un agradecimiento al santo padre y un saludo cordial en nombre de los obispos participantes, de todos los maronitas y de todo el Líbano, confirmando su fidelidad a Pedro y a su sucesor «que nos sostiene en nuestro camino a menudo espinoso». En particular ha dado las gracias al papa por el fuerte impulso que ha dado a la búsqueda de la paz: «Su oración y exhortación por la paz en Siria y en Oriente Medio ha sembrado esperanza y consuelo».
(Fuente: Radio Vaticana)