El santo padre al concluir la oración del ángelus este domingo en Roma, reiteró a los fieles la necesidad de no olvidar y de no bajar la guardia delante de fenómenos como el racismo y la intolerancia.
«Hoy se cumplen –dijo el santo padre– los 75 años del la llamada ‘Noche de los cristales’: las violencias de la noche entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938 contra los judíos, las sinagogas, las habitaciones y los negocios marcaron un triste paso hacia la tragedia de la Shoha».
El papa añadió que «renovamos nuestra cercanía y solidaridad al pueblo judío, nuestros hermanos mayores y rezamos a Dios para que la memoria del pasado, la memoria de los pecados pasados, nos ayude a estar siempre vigilantes contra cualquier forma de odio e intolerancia».
La ‘Kristallnacht’ fueron una serie de ataques combinados ocurridos en Alemania y Austria durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, presentado por las autoridades nazis como una reacción espontánea de la población tras el asesinato de un funcionario de la embajada alemana en París por un joven judío polaco de origen alemán. La ‘Noche de los cristales’ fue ejecutada por las tropas de asalto de las SA. SS y Gestapo, conjuntamente con agrupaciones civiles.
«Aquella noche vi arder la sinagoga desde la ventana de mi casa, cuando ya nos íbamos a la cama. Luego vinieron unos hombres, nos sacaron a la calle, registraron la casa, sacaron todas las cosas de los armarios y las tiraron por el suelo; se llevaron a mi padre. Mi madre, mi hermana, mi hermano y yo estuvimos tres semanas sin saber qué había sido de él. Luego nos enteramos de que estaba trabajando como esclavo en el campo a unos kilómetros de Köningswerg. (…) Nunca los volví a ver». Este testimonio fue publicado hoy por el corresponsal de la Radio Televisión Española en Berlín al entrevistar a un niño de entonces que sobrevivió a la tragedia.
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(RED/HSM)