El santo padre ha encontrado esta tarde, en la basílica de San Pedro a los peregrinos que han llegado a Roma desde distintas partes del mundo, con ocasión de la bendición del mosaico de San Pedro Calungsod, santo filipino canonizado el año pasado por Benedicto XVI.
Hay eventos trágicos, como el tifón en Filipinas, que no tienen explicación. Pero en estos momentos de sufrimiento, no hay que cansarse, como los niños, de preguntar por qué, ha explicado el santo padre.
«Cuando los niños comienzan a crecer no entienden las cosas y comienzan a hacer preguntas al papá o a la mamá: ‘Papa, ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? … Porque el niño no entiende. Pero si estamos atentos veremos que el niño no espera la respuesta de su papá o de su mamá… El niño necesita en esa inseguridad que su papá y su mamá lo miren. Necesita de los ojos de sus padres, necesita del corazón de sus padres», ha indicado el papa Francisco.
El pontífice ha hablado a los presentes de la «oración del porqué». Preguntar por qué, no explicaciones, sino solamente que el Padre nos mire.
«En estos momentos de tanto sufrimiento no cansarse de decir: ‘¿por qué?’ Como los niños… Y así atraeréis los ojos de nuestro Padre sobre vuestro pueblo, atraeréis la ternura del Papá del cielo sobre vosotros. Como hace el niño cuando pregunta: ‘¿por qué? ¿por qué?’, ha subrayado el papa.
El papa ha mostrado su cercanía al pueblo filipino: «También yo os acompaño, con esta oración del porqué».
Antes de las palabras que les ha dirigido el santo padre, el cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila, ha recordado la figura de san Pedro Callungsod y la devastación provocada por el tifón que ha azotado Filipinas. Así, el purpurado ha afirmado que «el pueblo se ha manifestado firme en la fe, movido por la oración y la solidaridad».
Ha concluido indicando que «vemos la fe levantarse de las ruinas. La esperanza de las calamidades no puede ser destruida. Y vemos el amor que es más fuerte que los terremotos y los tifones».
(RED/RL)