Una delegación de la ONCE y de su Fundación formada por 138 ha asistido esta mañana a la audiencia general con el santo padre Francisco. El motivo del viaje a Roma se sitúa en el marco de la celebración de los 75 años del nacimiento de la ONCE, asociación que en estos años ha construido un sistema de prestación social para personas con ceguera o discapacidad visual severa sin equivalencia en ninguna parte.
El santo padre ha saludado con a «la Fundación ONCE, a los que animo a seguir desarrollando su encomiable labor». Al finalizar la catequesis, el papa se ha detenido a saludar a todos y cada uno de los miembros de la delegación, incluso se ha parado también a acariciar a los perros que acompañaban a los ciegos.
ZENIT ha hablado con José María Prieto Ampudia, jefe de prensa de la ONCE, después de la audiencia de esta mañana. Así, ha contado que uno de los momentos más emotivos del encuentro con Francisco lo ha protagonizado Lucía, una niña de 9 años de Valencia, que ha querido regalar al papa su bastón blanco porque “su bastón son sus ojos y lo que le ayuda a moverse por su ciudad”. El santo padre ha contestado a la pequeña Lucía que prefería ser él quien le hiciera un regalo “bendiciéndole el bastón para que le acompañe siempre y le guíe hacia la luz”. A continuación, la niña le ha pedido permiso al papa para darle un beso y Francisco ha aceptado enseguida, lo que ha conmovido fuertemente a sus familiares y todos los que estaban allí.
Otra historia conmovedora que ha narrado José María es la de Soledad, vendedora del cupón de la ONCE en Madrid y muy devota. La mujer ha leído unos versos de una poema escrito por ella en braille que el santo padre ha escuchado emocionado.
La delegación ha querido mostrar cercanía y cariño al santo padre entregándole dos regalos. Miguel Carballeda, presidente de la ONCE y su Fundación, acompañado por el padre Ángel, responsable de Mensajeros de la Paz, ha entregado al papa un Evangelio escrito en braille y él lo ha ojeado con curiosidad. Una niña sorda, ha sido la encargada de entregarle al santo padre una imagen de Santa Lucía, patrona de las personas ciegas que se celebra el 13 de diciembre.
En este año significativo para la ONCE, la Organización ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, además de múltiples reconocimientos en la mayoría de las comunidades autónomas y ciudades de España.
«Para quienes forman parte de la ONCE y su Fundación, con independencia de su condición religiosa, se trata de un acto de gran trascendencia y una experiencia para las personas que han acudido al encuentro con el Pontífice», afirma un comunicado de la Fundación.
La ONCE nació en 1938 promovido por grupo de ciegos que fueron capaces de imaginar y defender un nuevo modelo de vida: no querían depender de una pensión y se plantearon vivir de su trabajo y de su esfuerzo, «querían compartir su ilusión y su suerte con el resto de ciudadanos a pie de calle para ir, poco a poco, construyendo sociedad». Y fue esa misma ilusión la que impulsó a la Organización a crear hace 25 años la Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de Personas con Discapacidad que, en este periodo, ha generado más de 80.000 empleos y ha contribuido a transformar el sector de las personas con discapacidad en España. La Organización ofrece cobertura social a más de 70.000 personas ciegas en todo el territorio estatal, entre ellos a los 7.500 estudiantes con discapacidad visual.
En Europa, la ONCE trabaja para que las normas comunitarias no olviden a las personas con discapacidad, con avances destacados en transporte adaptado, acceso a la cultura, accesibilidad e inclusión educativa y laboral. Y en Iberoamérica, a través de la Fundación ONCE para América Latina (FOAL), se trabaja en 19 países. Estas iniciativas se extienden también en territorios de Europa afectados por conflictos bélicos, como la zona de los Balcanes o África; los campamentos saharauis son el único lugar de ese continente donde todos los niños ciegos están escolarizados gracias a proyectos educativos de la ONCE.