El santo padre ha recibido esta mañana en el Palacio Apostólico a los funcionarios de la Embajada de Italia ante la Santa Sede y del ceremonial diplomático de Italia, a quienes ha dado las gracias de corazón por «toda la ayuda que ustedes dan a mi ministerio con su trabajo, especialmente el que no se ve, el que no se nota, pero es muy valioso».
Un ejemplo de ello, ha dicho el santo padre fue el 19 de marzo pasado, día de la misa de inicio de pontificado. «Es difícil darse cuenta de toda la actividad diplomática que había detrás de aquel gran encuentro», ha reconocido el santo padre. Les ha dado las gracias y les ha dicho también que está muy contento por «la colaboración con la Secretaría de Estado y con la Prefectura de la Casa Pontificia y de la dimensión ética y espiritual que saben acoger en lo que hacen».
Al respecto, el santo padre ha subrayado una prospectiva que considera muy importante: «para vuestro servicio, ustedes están en la condición de favorecer la cultura del encuentro. Son funcionarios diplomáticos y todo su trabajo está destinado a que los representantes de los países, de las organizaciones internacionales, de las instituciones, puedan encontrarse de la forma más fructífera».
Asimismo, ha querido recordar que el aspecto del ceremonial más importante, «está destinado a lo que no aparece, o sea al crecimiento de relaciones positivas, basadas en el conocimiento recíproco, en el respeto, en la búsqueda común de vías de desarrollo y de paz».
En particular, Francisco se ha referido también a otra carta más que deben jugar: «la del patrimonio cultural italiano». El papa ha recordado que Italia siempre ha sido en el mundo sinónimo de cultura, de arte, de civilización. Y «ustedes contribuyen a hacer que esto sea valorado en la cultura del encuentro, que tal patrimonio sea en ventaja del bien común, lo que Pablo VI llamaba civilización del amor».
Para concluir el discurso, el pontífice ha recordado que la Navidad es la fiesta del encuentro entre Dios y el hombre. «Nos es donado un Niño que en su persona realiza plenamente este encuentro», ha precisado Francisco. Además ha observado que «también quien no es cristiano se siente interpelado por el mensaje de Navidad de Jesús».
El papa ha finalizado: «Deseo que cada uno de ustedes pueda vivir intensamente este misterio de amor y esto anime en profundidad también este servicio».