L’Osservatore Romano ha publicado en su edición de hoy una carta firmada por el jesuita Jorge Mario Bergoglio en la que el actual pontífice recuerda al salesiano Enrique Pozzoli.
La inédita misiva, mecanografiada y fechada un 20 de diciembre de 1990 en Córdoba (Argentina), es propiedad del Archivo Histórico salesiano de Buenos Aires y ha sido difundida para conmemorar la efeméride del bautizo del santo padre.
Es el vigésimo noveno aniversario de la muerte de Pozzoli y esa mañana, tras celebrar la misa por él, el padre Bergoglio se pone a escribir sin interrupción una larga carta dirigida al sacerdote salesiano Cayetano Bruno.
En ella, el hoy papa Francisco habla de Pozzoli como «el padre espiritual» de su familia y destaca, entre otras virtudes, «su labor misionera, de confesor, de relojero y de fotógrafo» al tiempo que enumera las múltiples situaciones en las que este religioso ha estado presente en su vida.
El pontífice reconoce también que «si en mi familia se vive hoy seriamente como cristianos es gracias a él. Hay vocaciones: mi primo Julio Picchi, mi sobrino José Luis, jesuita, y mi sobrina María Inés, hermana del Sagrado Corazón. Hay inquietud vocacional».
«Dejó una herencia espiritual. Fue un obrero del Reino de Dios», concluye el santo padre.
Enrique Pozzoli bautiza al pequeño Jorge Mario durante la noche de Navidad de 1936, en la pila bautismal de la Basílica María Auxiliadora y San Carlos de Buenos Aires, donde hoy luce orgulloso un pequeño cuadro con la copia del certificado de bautismo del primer papa argentino de la historia.
Para Francisco, «el Bautismo es el documento de identidad del cristiano, su acta de nacimiento».
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(RED/IV)