El papa Francisco se ha querido mostrar cercano a las víctimas del terremoto de 8,2 grados que tuvo lugar el miércoles 1 de abril en el norte Chile. El sismo ha dejado 6 fallecidos, grandes daños materiales y la evacación de miles personas en la jornada de ayer por la alerta de tsunami. El Santo Padre ha enviado un telegrama al cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal.
El Pontífice se muestra «hondamente apenado al conocer la noticia del seísmo que ha ocasionado víctimas y heridos, así como daños materiales y cuantiosos desplazados en ese amado país, por tu medio deseo hacer llegar a todos los chilenos mi cercanía y sentido afecto». Por eso, Francisco pide «a Dios que otorgue el eterno descanso a los fallecidos, consuele a los afectados por tan lamentable desgracia e inspire en todos sentimientos de esperanza para afrontar dicha adversidad».
Asimismo, el Santo Padre ruega «encarecidamente a las comunidades cristianas, instituciones civiles y personas de buena voluntad, que, en estos tristes momentos, presten una ayuda eficaz a los damnificados, con espíritu generoso y fraterna caridad». Y para concluir invoca «la amorosa protección de Nuestra Señora del Carmen, imparto mi bendición como signo de cordial aprecio al noble pueblo chileno, tan presente en mi corazón».
Por su parte, monseñor Guillermo Vera, recién asumido obispo de Iquique -ciudad más cercana al epicentro del sismo- pasó la madrugada acompañando a enfermos y personas que evacuaban desde la zona costera. «Las personas, templos vivos del Señor, son nuestra primera prioridad en este momento», ha señalado monseñor Vera, al referirse a la situación en su diócesis tras el terremoto.
Tras proceder a la evacuación de su residencia, el obispo «estuvo gran parte de la madrugada acompañando a las personas en esta situación de aflicción y visitó a los enfermos del hospital local», anuncia un comunicado de la Conferencia Episcopal.
Durante el miércoles, el obispo realizó junto a sus colaboradores, un recorrido por las parroquias de la ciudad y, a través de las comunidades parroquiales y colegios de Iglesia, se realizó un diagnóstico de la situación que enfrentan las personas y comunidades, para conocer las principales necesidades y demandas. A las 20 horas se celebró una eucaristía en la catedral de Iquique, presidida por monseñor Vera, para orar por el eterno descanso de las víctimas.
Una réplica de magnitud 7,6 sacudió nuevamente Chile el miércoles por la noche. El fuerte temblor hizo que la gente saliera de nuevo a las calles, incluida la presidenta chilena Michelle Bachelet y algunos de sus ministros que se encontraba en un hotel de Iquique. Horas antes la presidenta había realizado un recorrido para evaluar los daños provocados por el terremoto.