El Gran Rabino de la Comunidad Judía de Roma, Riccardo Di Segni, ha recibido un telegrama del papa Francisco con motivo de la Pésaj, la Pascua judía, que comienza al atardecer del 14 de abril y tendrá una duración de ocho días. En los próximos días, el Gran Rabino corresponderá a este gesto del Santo Padre al enviarle sus mejores deseos en un mensaje con motivo de la Pascua cristiana.
En su comunicación a Di Segni, hecha pública hoy, el Pontífice argentino dirige «el más cordial deseo de paz» al rabino y a toda la comunidad judía de Roma al aproximarse esta importante festividad.
Que «la memoria de la liberación de la opresión a través del brazo potente del Señor inspire pensamientos de misericordia, de reconciliación y de fraternal cercanía a todos los que sufren bajo el peso de nuevas esclavitudes», añade.
«Dirigiendo el pensamientos en Jerusalén, que tendré la alegría de visitar próximamente, les pido que me acompañen con la oración, mientras les aseguro mi recuerdo, invocando abundantes bendiciones del Altísimo», concluye el Papa.
Desde su elección, Francisco ha realizado varios gestos de afecto y amistad hacia los judíos, considerados ya por Juan Pablo II y Benedicto XVI como «hermanos mayores en la fe». Y es que lo largo de las últimas décadas las relaciones de la Iglesia con la Comunidad judía de Roma y el diálogo interreligioso, han cumplido pasos importantes y se han ido fortificando.
El 13 de abril de 1986 Juan Pablo II se convertía en el primer Pontífice que visitaba una sinagoga. Elio Toaff, el gran rabino, recibió al Santo Padre en las puertas del templo judío en Roma y, saltándose el protocolo, se fundieron en un emotivo abrazo.
Juan Pablo II, que en algunos momentos se dirigió a los presentes en lengua hebraica, aprovechó el encuentro para condenar el antisemitismo y se refirió a los judíos como «hermanos mayores».
Además, la comunidad judía italiana acogió el 17 de enero de 2010 a Benedicto XVI con cálidos aplausos en su primera e histórica visita a la Sinagoga de Roma, casi 24 años después de la que realizó Juan Pablo II en 1986.
Antes de su entrada en la sinagoga, el Pontífice alemán depositó una ofrenda floral ante las lápidas que recuerdan dos de los momentos más oscuros de la Comunidad judía romana: la que conmemora la deportación de 1.022 judíos, realizada el 16 de octubre de 1943, y la que recuerda el atentado terrorista del 9 de octubre de 1982 al Templo, durante el cual murió un niño de dos años, Stefano Taché, y otras 37 personas resultaron heridas.
La Pésaj es la primera y más importante fiesta del calendario judío; comienza el día de Nisán, y se celebra durante siete días (ocho en la diáspora), de los cuales el primero y el último son días de reposo, y en los que está prohibido el trabajo cotidiano. En ella se festeja la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto obrada por Dios a través de Moisés.