El alcalde de Roma, Ignazio Marino, ha afirmado esta semana que todo está «preparado, muy preparado» para dar la bienvenida a unos 800 mil perergrinos que se esperan se den cita el 27 de abril para las canonizaciones de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II.
«El único punto crítico que queda es que estamos esperando que lleguen 2.000 autobuses, pero sólo 500 se han registrado hasta ahora», ha declarado el alcalde de la ciudad de Roma. «Hemos pedido a los agentes del orden público que se desplieguen en los puntos de acceso a la carretera de la circunvalación Grande Raccordo Anulare de la ciudad para que los autobuses que llegan sin un permiso puedan ser dirigidos a aparcamientos gratuitos.»
El coste de alojamiento en el centro de la ciudad se ha disparado, con algunos apartamentos que se alquilan para el fin de semana hasta por 2.500 euros.
De acuerdo con el Ministerio del Interior, el evento atraerá a 19 jefes de Estado y 24 primeros ministros de 61 delegaciones oficiales que representan a 54 países.
Marino descartó utilizar el aparcamiento del Gianicolo, cerca del Vaticano, construido para albergar a los peregrinos que llegaron a Roma para el Año Santo de 2000, explicando que el Lungotevere (la carretera a los lados del río Tíber) debe mantenerse libre para las delegaciones internacionales y vehículos de emergencia.