«Las personas de aquí están felices. Y los palestinos de la franja de Gaza están incluso más contentos que nosotros». El director general de Cáritas Jerusalén, el sacerdote Raed Abusahlia, ha descrito con estas palabras los sentimientos que prevalecen entre la población local tras el anuncio de la reconciliación entre las dos principales formaciones palestinas Hamás y Al Fatah, y una decena de facciones más.
En declaraciones a Fides, el padre Raed ha reconocido que «la reconciliación entre las fuerzas políticas palestinas ha provocado reacciones negativas en Israel y también en los EE.UU». «Pero la división entre los palestinos era un factor que debilitaba el proceso de paz», ha destacado. Es más, ha asegurado el director de Cáritas Jerusalén, «todo el mundo pensaba: ¿con que fuerza pueden participar los palestinos en el proceso de paz, estando divididos entre sí?» El sacerdote palestino ha señalado que, en su opinión, «solo una política imperialista podría imponer una pacificación de fachada quitando de en medio a Hamás y a la población de Gaza, después de la catástrofe en ese territorio que se ha convertido en una prisión al aire libre marcada por la pobreza, la falta de agua y electricidad, la contaminación y las incursiones militares israelíes».
Según el padre Raed, «el camino para lograr la efectiva reconciliación será largo y difícil», y «tendrá que ser acompañado y comprobado paso a paso». «Pero me sorprende la reacción de los que se dicen ‘democráticos’ que pretenden impedir a los palestinos el pleno ejercicio de la democracia, con elecciones libres», ha destacado. Para el Director de Cáritas Jerusalén, habrá que aceptar el veredicto de las urnas también con respecto a los votos que recogerá Hamás. Aun así, el sacerdote del Patriarcado Latino de Jerusalén espera un descenso del apoyo electoral con respecto al movimiento islamista, después de que los palestinos «han visto los resultados de esa elección y sus afectos».
Hamás y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) firmaron este miércoles el final de casi siete años de rivalidad. Según anunciaron las partes en una rueda de prensa celebrada en Gaza, la reconciliación se formalizará antes de cinco semanas con la instauración de un Gobierno de unidad que presidirá de forma interina el actual presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y líder de la OLP, Mahmud Abbas. Su primer cometido será la convocatoria de unas elecciones legislativas conjuntas en Gaza y Cisjordania. Las últimas se celebraron en 2006. Los palestinos se han dado ahora medio año de plazo para organizar las próximas, una vez que el Gobierno de unidad sea ratificado por el Parlamento.
La anunciada reconciliación entre la organización islamista Hamás y la nacionalista Al Fatah (el partido de Abbas) se basa en los acuerdos previos alcanzados por las facciones palestinas en las reuniones celebradas entre 2011y 2012 en El Cairo y en Doha, que nunca llegaron a aplicarse. Hamás controla la Franja de Gaza y no reconoce la existencia del Estado de Israel. Desde 2007 hasta hoy ha negado también la legitimidad del Gobierno en Ramala (Cisjordania).
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha reaccionado al acuerdo advirtiendo al presidente de la Autoridad Nacional Palestina que o negocia con Hamás o negocia con Israel. Para Netanyahu, ambos procesos son inviables a la vez. Por su parte, Abbas ha insistido en que ambos procesos no son paralelos y en que su empeño sigue siendo «máximo» en lograr la paz con Israel.
El martes que viene, día 29, finaliza el periodo inicial de diálogo reabierto en verano, tras tres años de bloqueo. En este tiempo debería haberse redactado un borrador de acuerdo o acuerdo marco, que fijase la base de una paz final. Todavía no se ha avanzado en este sentido. Por ese motivo, EEUU quiere lograr una prórroga de las negociaciones, al menos hasta fin de año.