En la entrevista que el santo padre Francisco concedió al periodista Henrique Cymerman, y que publicó hoy La Vanguardia, habla de otros temas, como la pobreza y la idolatría del dinero y su preocupación por la desocupación, en particular la juvenil.
El Pontífice latinoamericano recoge ampliamente algunas ideas sobre qué puede hacer la Iglesia para reducir la creciente desigualdad entre ricos y pobres. «Está probado que con la comida que sobra podríamos alimentar a la gente que tiene hambre. Cuando usted ve fotografías de chicos desnutridos en diversas partes del mundo se agarra la cabeza, no se entiende”.
El Santo Padre prosigue: “Creo que estamos en un sistema mundial económico que no es bueno. En el centro de todo sistema económico debe estar el hombre, el hombre y la mujer, y todo lo demás debe estar al servicio de este hombre. Pero nosotros hemos puesto al dinero en el centro, al dios dinero».
Por eso, cosidera el Papa «hemos caído en un pecado de idolatría, la idolatría del dinero. La economía se mueve por el afán de tener más y, paradójicamente, se alimenta una cultura del descarte. Se descarta a los jóvenes cuando se limita la natalidad. También se descarta a los ancianos porque ya no sirven, no producen, es clase pasiva».
En esta respuesta el Santo Padre habla además de la desocupación. «A mí me preocupa mucho el índice de paro, de desocupación de los jóvenes, que en algunos países supera el 50 por ciento. Alguien me dijo que 75 millones de jóvenes europeos menores de 25 años están sin trabajo. Es una barbaridad. Pero descartamos toda una generación por mantener un sistema económico que ya no se aguanta, un sistema que para sobrevivir debe hacer la guerra, como han hecho siempre los grandes imperios”.
El Santo Padre precisa que “como no se puede hacer la Tercera Guerra Mundial, entonces se hacen guerras zonales. ¿Y esto qué significa? Que se fabrican y se venden armas, y con esto los balances de las economías idolátricas, las grandes economías mundiales que sacrifican al hombre a los pies del ídolo del dinero, obviamente se sanean». Este pensamiento único -añade- nos quita la riqueza de la diversidad de pensamiento y por lo tanto la riqueza de un diálogo entre personas. «La globalización bien entendida es una riqueza. Una globalización mal entendida es aquella que anula las diferencias», observa el Papa.
Separatismos
El periodista le pregunta al Papa si le preocupa el conflicto entre Cataluña y España. A propósito, Francisco afirma que toda división le preocupa. «Hay independencia por emancipación y hay independencia por secesión. Las independencias por emancipación, por ejemplo, son las americanas, que se emanciparon de los estados europeos. Las independencias de pueblos por secesión es un desmembramiento, a veces es muy obvio. Pensemos en la antigua Yugoslavia. Obviamente, hay pueblos con culturas tan diversas que ni con cola se podían pegar. El caso yugoslavo es muy claro, pero yo me pregunto si es tan claro en otros casos, en otros pueblos que hasta ahora han estado juntos. Hay que estudiar caso por caso. Escocia, la Padania, Cataluña. Habrán casos que serán justos y casos que no serán justos, pero la secesión de una nación sin un antecedente de unidad forzosa hay que tomarla con muchas pinzas y analizarla caso por caso».
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