Este sábado 28 por la tarde, el papa Francisco encontró en la Gruta de Lourdes de los Jardines Vaticanos a un grupo de jóvenes de la diócesis de Roma. »Esta visita a la Virgen es muy importante en nuestra vida. Ella nos acompaña incluso en la decisión más definitiva, en la decisión vocacional porque acompaño a su Hijo en su camino que fue muy duro y doloroso. Ella nos acompaña siempre» indicó.
»Cuando un cristiano –prosiguió el Santo Padre– me dice, no que él no ama a la Virgen, y que no siente la necesidad de buscarla y rezarle, me entristezco». Porque »un cristiano sin la Virgen está huérfano, como también lo está un cristiano sin la Iglesia. Un cristiano necesita a estas dos mujeres, dos mujeres madres, dos mujeres vírgenes: la Iglesia y la Virgen.
Y para hacer la prueba de una vocación cristiana justa, hay que preguntarse: »¿Cómo es mi relación con estas dos Madres?». El Pontífice le indicó a los jóvenes que en la actual cultura de lo provisional es importante no perder el sentido de lo definitivo. »Tenemos miedo de lo definitivo. Y para elegir cualquier vocación, también las que marcan un estado: el matrimonio, la vida consagrada, el sacerdocio, hay que elegir desde una perspectiva definitiva.
Y a eso se opone la cultura de lo provisional. Es una parte de la cultura que nos toca vivir en este momento y hay que vivirla y vencerla». Antes de despedirse de los presentes les invitó a cantar el ‘Salve Regina’, después de que impartió su bendición a los jóvenes y a sus familias u les pidió que recen por él.