La mezquita más grande de Europa, en Roma, ha acogido este lunes un encuentro dedicado a «El islam italiano: el desafío del diálogo y la ciudadanía activa», la decimotercera reunión de este tipo, que se ha celebrado con motivo del Día del diálogo islámico-cristiano. A la jornada han asistido Abdellah Redouane, secretario general del Centro Cultural Islámico de Italia, Muhammad Hassan Abd al-Ghafar, imán de la Gran Mezquita de Roma, y diversas autoridades religiosas y políticas.
Ante los terribles acontecimientos recientes en Siria e Irak, todos los participantes han expresado su preocupación de que estos hechos hagan más difícil la integración de los inmigrantes musulmanes en Italia, o de los que residen en el país desde hace generaciones.
En este línea, varios oradores han hecho hincapié en que los musulmanes quieren formar parte de Italia, con todos los derechos, incluso el de ciudadanía. Aun así, la sombra del terrorismo y la violencia hace olvidar que el islam es una religión de paz, ha afirmado el imán de la Gran Mezquita de Roma.
Por su parte, el presidente del Centro Interreligioso para la Paz, Adnane Mokrani ha recordado también que el problema radica en la relación, a veces difícil, que tienen entre sí los diversos grupos islámicos.
Particularmente claras han sido las palabras del secretario general del Centro Cultural Islámico de Italia, quien en su discurso de inauguración se ha distanciado, con fuerza, de todas las formas de violencia y terrorismo. La condena de estos actos, y la creencia de que no pueden ser justificados por razones religiosas, ha sido reiterada por todos los asistentes, según L’Osservatore Romano.
Mientras tanto, los enfrentamientos entre las fuerzas del régimen de Al Asad y los milicianos del Estado Islámico (EI) se recrudecen en Siria. Un ataque yihadista ha dejado al menos una treintena de muertos entre las tropas del presidente alauí y agentes de seguridad en las inmediaciones del campo de gas de Al Shaer, en el centro del país, ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. «Un número indeterminado de yihadistas ha muerto en la operación también», ha añadido la ONG radicada en Londres.
Al parecer, los radicales están avanzando para tomar el control del yacimiento, después de que anoche se reanudaran los choques en esta zona entre ambas partes. El pasado lunes, el EI se hizo con el dominio de tres pozos del campo de Al Shaer, según esta misma fuente. Los yacimientos de gas y de crudo, tanto en Irak como en Siria, se consideran una de las principales fuentes de financiación de los yihadistas en el mercado negro.
El ataque se produce apenas 24 horas después de que 150 soldados kurdos iraquíes –los llamados peshmerga– se adentrasen en Turquía para defender el encleve de Kobane (Siria) por el norte, único frente no controlado por los yihadistas del EI. Asimismo, unos 200 soldados del Ejército Libre Sirio (ELS), entrenado por Estados Unidos y contrario al régimen de Al Asad, han entrado este miércoles en Kobane para intentar frenar el avance yihadista, según ha informado la cadena británica BBC. Los enfrentamientos en esta ciudad fronteriza entre Siria y Turquía comenzaron el pasado 16 de septiembre y se han cobrado la vida de más de 800 personas.
Las fuerzas iraquíes avanzan también este mismo miércoles hacia Baiji, a medio camino entre Mosul y Bagdad (Irak), en una nueva ofensiva para recuperar la mayor refinería de petróleo del país que está asediada desde junio por el EI.
Por su parte, Marruecos acaba de anunciar que proporcionará «apoyo activo», tanto de información, logístico como «de aspectos militares», a la lucha contra el terrorismo yihadista del EI mediante su modelo de cooperación bilateral con los Emiratos Árabes Unidos (EAU). El Gobierno marroquí se suma así, aunque de manera indirecta y tras muchas dudas y debates internos, a la coalición internacional contra el EI, pero precisando que siempre bajo el mando de sus aliados árabes. El número exacto de esas aportaciones y los detalles de la colaboración se conocerán en los próximos días, según ha ratificado esta mañana el ministro del Interior, Mohamed Hassad, al frente del operativo. Ante la medida adoptada, los militares marroquíes se desplegarán por las calles de las seis principales ciudades para proteger, de manera inédita, los aeropuertos, estaciones y puntos más sensibles del país.
El Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, que engloba desde su creación en 1981 a seis países de la zona, había demandado ya en abril pasado este tipo de apoyo y lo volvió a reclamar este mes de septiembre. Marruecos recibe unos 5.000 millones de dólares en cinco años para proyectos de desarrollo de ese fondo. Algunas naciones árabes, sobre todo Emiratos, pero también Jordania o Baréin, ya están implicado en la coalición internacional contra el autoproclamado Califato Islámico.
El Gobierno marroquí está verdaderamente preocupado con la posibilidad de que pueda surgir en el país algún brote de terrorismo yihadista, especialmente tras constatar que unos 2.000 ciudadanos marroquíes se han incorporado ya a la lucha de la yihad radical en Siria e Irak y unos 400 podrían estar en disposición de volver a su territorio de origen.