El Papa pide oraciones por su viaje a Turquí­a

Al finalizar la audiencia general, el Santo Padre ha deseado que su visita traiga frutos de paz, sincero diálogo entre las religiones y concordia a la nación turca

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El santo padre Francisco, al finalizar la audiencia general ha invitado a todos a rezar para que su visita a Turquía de este viernes a este domingo, «visita de Pedro al hermano Andrés, traiga frutos de paz, sincero diálogo entre las religiones y concordia a la nación turca».

Esta mañana, la lluvia no ha impedido a los peregrinos de todas las partes del mundo, han gritado y alzado los brazos para saludar el Pontífice argentino, que hoy ha salido con el jeep cubierto. Entre paraguas, chubasqueros y capas de plástico, los fieles agitaban sus banderas y pancarta al paso del Papa. Aunque en esta mañana la plaza estaba más vacía respecto a otros miércoles, el entusiasmo de los presentes se oía con fuerza.

En la catequesis de esta semana, Francisco ha reflexionado sobre la Iglesia que peregrina hacia el Reino. En el resumen hecho en español ha afirmado que «como bien afirma el Concilio Vaticano II, la Iglesia no es una realidad estática, sino que camina continuamente en la historia hacia la meta última y maravillosa que es el Reino de los Cielos, del cual la Iglesia es en la tierra su semilla e inicio. En este camino, es hermoso percibir la comunión entre la Iglesia del Cielo, que nos sostiene con su intercesión, y nosotros, que en la Eucaristía estamos invitados a ofrecer oraciones por las almas que se encuentran a la espera de la felicidad eterna. Desde la perspectiva cristiana, la distinción ya no es entre quien está muerto o quien no lo está, sino entre quien está con Cristo y quien no lo está; éste es el elemento fundamental y decisivo para nuestra felicidad.

Aunque no sabemos el tiempo en el que llegará el fin de todo lo creado, sabemos por la Revelación que Dios nos prepara una nueva tierra, donde habitará la justicia y la felicidad saciará de manera sobreabundante los deseos del corazón del hombre. Esto es el “Paraíso”, que no es un lugar sino un “estado”, donde nuestras esperanzas serán verdaderamente colmadas, en una nueva creación, con plenitud de ser, verdad y belleza, libre de todo mal y de la misma muerte».

A continuación, ha saludado a los peregrinos de lengua española, «en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, México, así como a los venidos de otros países latinoamericanos. Conscientes del don maravilloso de pertenecer a la Iglesia, pidamos a la Virgen María, nuestra Madre del cielo, que nos acompañe siempre y nos ayude a ser, como ella, signo gozoso de esperanza para nuestros hermanos».

Al finalizar los saludos en todas las lenguas, el Santo Padre ha dirigido como cada semana, un pensamiento especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. A ellos ha recordado que el próximo domingo inicia el Tiempo litúrgico del Adviento. «Queridos jóvenes, la espera del Salvador llene vuestro corazón de alegría; queridos enfermos, no os canséis de adorar al Señor que viene también en la prueba; y vosotros, queridos recién casados, aprended a amar, sobre el ejemplo de aquel que por amor se ha hecho hombre para nuestra salvación».

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Staff Reporter

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