Hace una año atrás el tifón Haiyan devastó al Sudeste Asiático, principalmente a las Filipinas, dejando un saldo de al menos 6.300 muertos. Ha sido el ciclón más grande que haya tocado tierra y es considerado el más intenso jamás visto en términos de velocidad de vientos, con picos de 325 kilómetros por hora. Duró del 2 al 11 de noviembre, cuando se transformó en tormenta tropical.
Una tragedia que ocupó las páginas de todos los periódicos y medios de información. ¿Qué está sucediendo hoy en Filipinas? ZENIT entrevistó a la señora Irene Broz, de Cáritas Internationalis, responsable en Roma de la emergencia en Filipinas.
¿Cuáles son los números de esta calamidad natural?
— Irene Broz: Unos 16 millones de personas fueron afectadas por el Tifón, fueron unos 4 millones los evacuados en un primer momento; son 1,5 millones de habitaciones dañadas, de las cuales 500 mil destruidas; casi 5,6 millones de trabajadores vieron alteradas sus fuentes de rédito; la mayoría de los afectados, el 40 por ciento, ya estaban debajo del límite de la pobreza antes del tifón o sea 2,5 millones eran ya vulnerables. El número de muertos según los datos oficiales han sido 6.268 personas.
¿Qué sucedió después del Tifón?
— Irene Broz: Partió la fase de emergencia que inició con la primera ayuda y duró desde noviembre de 2013 hasta final de marzo de 2014, cuando comenzó la fase de reconstrucción, en la que nos encontramos.
¿Qué respuesta hubo a nivel internacional?
— Irene Broz: Hubo una fuertísima respuesta por parte de la comunidad internacional y de la Confederación de Caritas. Esta última se ha apoyado en nueve diócesis de Filipinas con la Caritas nacionales de allí. Además hoy varios miembros de Caritas Internacional están aún trabajando directamente en el país. O sea una presencia muy activa en el lugar y un apoyo económico muy importante.
¿Y ahora a que punto se encuentra la situación?
— Irene Broz: Vista la proporción del desastre, la intervención tiene que durar aún en el tiempo. Filipinas se está levantando y prueba de esto es que el departamento de las Naciones Unidas que se ocupa de la respuesta humanitaria, está pasando las propias funciones al Gobierno. El impacto del desastre ha sido muy significativo y después de un años ya se ven muchos resultados. Las intervenciones principales son la reconstrucción de las habitaciones, la sanidad, la higiene, el agua, los desagues, para que las personas afectadas por el tifón tengan un techo, condiciones sanitarias adecuadas y una fuente de rédito.
¿Cuáles han sido los países más generosos?
— Irene Broz: Los países más generosos a través del llamado en la Cáritas Internacional, que no incluye a otras organizaciones o fondos a las Caritas nacionales, han sido Inglaterra, Australia, Estados Unidos, Nueva Zelandia, Escocia, Italia, Austria y España.
¿Cuánto tiempo durarán aún los planes de apoyo?
— Irene Broz: El gobierno de Filipinas está gradualmente retomando los mandatos de las Naciones Unidas a través de sus medios, pero la magnitud del desastre indica que son necesarios al menos otros dos años de intervenciones.
¿Qué falta aún y cómo se puede ayudar?
— Irene Broz: Debemos tratar de ayudar a esas personas y estar prontas a responder delante de las calamidades futuras. Cuanto más son vulnerables las poblaciones más se encuentran desprotegidas ante el peligro. Y esto pide un trabajo continuativo en el terreno. Las Filipinas están muy expuestas a este tipo de cataclismos naturales con varios tifones al año y terremotos, debido a su ubicación geográfica y geología.
Las donaciones pueden ser realizadas a Caritas Internationalis, a través de su web. Es necesario poner la destinación de los fondos, pues tenemos tantas emergencias en el mundo.