El diálogo oficial entre luteranos y católicos puede mirar hoy a sus casi cincuenta años de intenso trabajo y el notable progreso que con la ayuda de Dios se ha realizado y ver que “constituye un fundamento sólido de sincera amistad vivida en la fe y en la espiritualidad”. Lo ha asegurado el santo padre Francisco durante la audiencia en la que ha recibido una delegación de la Iglesia evangélica luterana alemana.
A pesar de las diferencias teológicas que permanecen en varias cuestiones de fe, “la colaboración y la convivencia fraterna caracterizan la vida de nuestras Iglesias y comunidades eclesiales, comprometidas hoy en un camino ecuménico común”, ha asegurado el Pontífice en su discurso.
Asimismo, el Papa ha recordado que el objetivo común de la unidad plena y visible de los cristianos parece alejarse a causa de distintas interpretaciones, dentro del diálogo, sobre lo que es la Iglesia y su unidad. De este modo, el Pontífice ha asegurado que a pesar de las cuestiones aún abiertas, “no debemos resignarnos sino más bien concentrarnos en el próximo paso posible”. Además, ha pedido no olvidar que “estamos haciendo un camino de amistad, de estima recíproca y de búsqueda teológica, un camino que nos hace mirar con esperanza al futuro”.
El Papa se ha alegrado porque la Comisión de diálogo bilateral entre la Conferencia Episcopal alemana y la Iglesia evangélica-luterano de Alemania está por terminar su trabajo sobre el tema “Dios y la dignidad del hombre”. A propósito Francisco ha especificado que son de gran actualidad las cuestiones relativas a la dignidad de la persona humana al inicio y al final de la vida, así como las de familia, matrimonio, sexualidad, “que no pueden ser excluidos o dejados de lado solo porque no se quiere poner en peligro el consenso ecuménico alcanzado hasta ahora. Sería un pecado si, sobre tales cuestiones importantes unidas a la existencia humana, se verificaran nuevas diferencias confesionales”.
Además, ha advertido que “el diálogo ecuménico hoy no puede ser separado de la realidad y de la vida de nuestras Iglesias”. Del mismo modo, el Papa ha recordado que en el 2017 los cristianos luteranos y católicos conmemoran conjuntamente el quinto centenario de la Reforma. Y en esta ocasión “luteranos y católicos tendrán la posibilidad por primera vez de compartir una misma conmemoración ecuménica en todo el mundo, no en la forma de una celebración triunfalista, sino como profesión de nuestra fe común en Dios Uno y Trino”. Y así, el Pontífice ha deseado que esta conmemoración pueda “animarnos a todos a cumplir, con la ayuda de Dios y el apoyo de su Espíritu, pasos ulteriores hacia la unidad y a no limitarnos simplemente a lo que ya hemos alcanzado”.
