El santo padre Francisco presidió en el Vaticano este miércoles por la tarde, el último día del 2014, las vísperas de la solemnidad de María Santísima, que concluyó con el canto del Te Deum.
En su homilía el Santo Padre invitó a “agradecer y pedir perdón”. El Santo Padre recordó que con el Te Deum, canto del tradicional himno de agradecimiento por la conclusión del año civil y la Bendición Eucarística, alabamos al Señor y al mismo tiempo pedimos perdón, y la actitud de agradecer “nos dispone a la humildad, a reconocer y a recoger los dones del Señor”.
El Santo Padre invitó a preguntarse: ¿Vivimos como hijos o como esclavos? ¿Vivimos como personas bautizadas en Cristo, ungidas por el Espíritu, rescatadas, libres? O ¿vivimos según la lógica mundana, corrupta, haciendo lo que el diablo nos hace creer que es nuestro interés?
Porque la esclavitud nos impide vivir plena y realmente el presente, porque lo vacía del pasado y lo cierra al futuro, a la eternidad. La esclavitud nos hace creer que no podemos soñar, volar, esperar, dijo.
Y añadió que es “necesaria una gran y cotidiana actitud de libertad cristiana para tener el coraje de proclamar, en nuestra Ciudad, que hay que defender a los pobres, y no defenderse de los pobres, que hay que servir a los débiles y no servirse de los débiles!”.
Le siguió una solemne adoración al Santísimo Sacramento, mientas el coro de la Capilla Sixtina entonaba el ‘Bendito sea Dios’, durante la cual el Papa incensó la sagrada forma puesta en una hermosa custodia.
Con el Coro Pontificio fue cantado el Te Deum y a la salida el Santo Padre se dirigió a la imagen de bronce de San Pedro ubicada en el lado derecho de la basílica, mientas el coro entonaba el Venite Adoremus.
En un vehículo utilitario el Papa se dirigió al pesebre situado en la plaza en donde está también el árbol navideño. Mientras el Santo Padre se acercaba al pesebre y rezaba, la banda de los guardias suizos interpretaba cantos navideños.
Concluida la visita al pesebre, el Pontífice se acercó para saludar al público allí presente, que se había reunido varias horas antes, a pesar del frío polar que hace en Roma.
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