Después de celebrar en la basílica de San Pedro la santa misa con los nuevos cardenales, el papa Francisco desde su estudio que da a la plaza, rezó la oración del ángelus y deseó a todos los presentes un deseo “de serenidad y de paz a todos de los hombres y mujeres que en el Extremo Oriente y en varias partes del mundo se preparan a celebrar el año nuevo lunar”.
El Santo Padre indicó que dichas fiestas “ofrecen a ellos la feliz ocasión de redescubrir y de vivir de manera intensa la fraternidad, que es el vínculo precioso de la vida familiar y base de la vida social”.
“Este retorno anual a las raíces de la persona y de la familia -concluyó el papa Francisco- puedan ayudar a aquellos pueblos a construir una sociedad en la que se tejen relaciones interpersonales que llevan al respeto, la justicia y la caridad”.