El papa Francisco ha asegurado que el obispo no reúne a sus fieles entorno a su persona sino entorno a Cristo. Lo ha hecho en la audiencia con los participantes del 38º Congreso de Obispos amigos del Movimiento de los Focolares, que se está celebrando en Castel Gandolfo del 3 al 6 de marzo. En el encuentro participan 60 prelados procedentes de 35 países. En la audiencia con el Santo Padre han estado también presentes la presidenta del Movimiento, Maria Voce, y el co-presidente, Jesús Morán.
Los obispos, tal y como ha recordado el Papa en su discurso, están reunidos en Roma por la amistad con este Movimiento y por “el interés por la espiritualidad de comunión”. La reflexión de estos días está centrada en el tema “Eucaristía, misterio de comunión”.
En particular, el Santo Padre ha querido dedicar unas palabras de especial agradecimiento a los obispos presentes venidos de las tierras ensangrentadas de Siria, Irak y Ucrania. “En el sufrimiento que estáis viviendo con vuestra gente, experimentais la fuerza que viene de Jesús Eucaristía, fuerza para ir adelante unidos en la fe y en la esperanza”, ha asegurado el Pontífice. A ellos les ha asegurado que en la celebración de la misa diaria “estamos unidos a vosotros, rezamos por vosotros ofreciendo el Sacrificio de Cristo; y de ahí toman fuerza y significado también las múltiples iniciativas de solidaridad a favor de vuestras Iglesias”.
El Papa ha afirmado que “el carisma de la unidad propio de la Obra de María está fuertemente anclado a la Eucaristía, que le da su carácter cristiano y eclesial. Sin la Eucaristía la unidad perdería su polo de atracción divina y se reduciría a un sentimiento y a una dinámica solamente humana, psicológica, social”. La Eucaristía garantiza –ha afirmado– que al centro esté Dios, y que sea su Espíritu, el Espíritu Santo quien mueva nuestros pasos y nuestras iniciativas de encuentro y de comunión.
Por otro lado el Santo Padre ha recordado que los obispos reúnen a las comunidades entorno a la Eucaristía, a la doble mesa de la Palabra y el Pan de vida. “Este es nuestros servicio, y es fundamental”, ha afirmado. De este modo, ha añadido que el obispo es principio de unidad en la Iglesia, pero esto no sucede sin la Eucaristía: “el Obispo no reúne al pueblo entorno a la propia persona, las propias ideas, sino entorno a Cristo presente en su Palabra y en el Sacramento de su Cuerpo y Sangre”. Asimismo ha recordado que “siguiendo a Jesús, buen pastor hecho Cordero inmolado y resucitado, el Obispo reúne a las ovejas que se le confían con la ofrenda de su vida, asumiendo Él mismo una forma de existencia eucarística”. De este modo, el Pontífice ha especificado que así el obispo, conformado a Cristo, se convierte en Evangelio vivo, se convierte en Pan partido por la vida de muchos con su predicación y su testimonio. Quien se alimenta con fe de Cristo Pan vivo –ha explicado– es empujado por su amor para dar la vida por los hermanos, a salir, a ir al encuentro del marginado y despreciado.
Finalmente, el Papa ha animado a los obispos a “llevar adelante vuestro compromiso a favor del camino ecuménico y del diálogo interreligioso. Y os doy las gracias por la contribución que dais a una mayor comunión entre los varios movimientos eclesiales”.
